Dentro de pocas
semanas
deberemos enfrentar
una decisión
trascendental
para los
próximos años
de nuestra vida
sindical y
laboral: una
nueva elección
del Consejo Directivo de APTA cuya
asunción coincidirá con un nuevo
ciclo político y económico a nivel
nacional, que iniciará cualquiera sea
el presidente que asuma el próximo
diciembre.
Los problemas estructurales que
existen en nuestro transporte aerocomercial
presentes en las grandes,
medianas y pequeñas empresas,
como también los que enfrenta la
industria aeronáutica nacional tanto
en las grandes fábricas como en las
pymes, son múltiples y graves. Gane
quien gane las elecciones en APTA,
allí estarán para ser resueltos con la
participación insoslayable, activa y
masiva de nuestro sindicato, mancomunadamente
entre representados
y dirigentes.
La situación de quebranto económico
que padecen las grandes empresas
aéreas y de fabricación aeronáuticas,
con subsidios insostenibles, y
la falta generalizada de inversiones
en el mantenimiento y reparación
como en la producción de aeronaves,
se potenciará con los grandes
desequilibrios macroeconómicos a
resolver –alta inflación, enorme déficit fiscal, insuficientes reservas de
divisas, parálisis en la creación de
empleo privado, reducción creciente
de la actividad industrial, Estado sobredimensionado
en muchas áreas,
etc.-, creando una peligrosa tormenta
perfecta que amenaza con severidad
nuestra situación laboral y
personal. El próximo año, hay que decirlo, será de alta vulnerabilidad
para todos nosotros.
Para superarlo satisfactoriamente, y
no ser nosotros quienes terminemos
pagando la cuenta de “una fiesta” de
la que no fuimos responsables, debemos
forzosamente estar unidos
para tener la máxima fuerza sindical
que nos permita preservar nuestras
fuentes y puestos de trabajo, nuestro
poder adquisitivo salarial, y cada
una de nuestras conquistas y beneficios
convencionales y gremiales.
De lo contrario seremos los trabajadores
las víctimas de “ajustes”, que
siempre significan reducciones de
empleos, salarios y logros laborales
y sociales, que tan esforzada y justamente
obtuvimos.
El año próximo deberá ser, indispensablemente,
de reconciliación, diálogo
y paz gremial. Todos los sectores
y generaciones debemos estar unidos
para no ser dominados y avasallados
por empresas y/o gobiernos.
El único límite es para los antidemocráticos
y violentos o para aquellos
que quieran hacer de APTA “un sindicato
amarillista”, débil y sometido
a injerencias externas y que no responda
única y combativamente a los
intereses de sus trabajadores
Conjuntamente con los desafíos externos
a superar en los próximos
cuatro años, existen los internos: hacer
de APTA, luego de más de cincuenta
años de existencia, un sindicato
actualizado, adaptado al
contexto y a las exigencias de organización
del siglo XXI, reformando
para conseguirlo todo lo necesario
institucional y estatuariamente e incorporar
más equipos profesionales
de trabajo, además de ser más incluyente,
participativo y transparente.
Para lograrlo la concurrencia electoral
debe ser amplia y mayoritaria
De esta manera la próxima conducción de APTA tendrá la mayor legitimidad
y un poder de decisión que
le permitirá reunificar a nuestras bases,
resistir el ataque de cualquier
poder económico o político, y superar
con éxito cualquier amenaza o
confrontación.
Votar, antes que un derecho es un
deber de todo ciudadano y trabajador,
para comprometerse e influir en
su propio destino, tanto en lo político como en las distintas organizaciones
sociales y sindicales a las que
pertenece. No es la línea de llegada
sino la de partida, para construir colectivamente
un futuro mejor
Y quien puede garantizar esa construcción
en común, es una dirigencia
que jamás ha perseguido ni discriminado
a ningún afiliado. Ni por su
accionar gremial, ni por su ideología
y/o militancia partidaria, ni por sus
creencias religiosas o por cuestiones
de género.
Una dirigencia, que cuenta con la
experiencia histórica y la efectividad
demostrada, para resolver favorablemente
conflictos complejos y graves
que reiteradamente, en las últimas
dos décadas, han amenazado nuestra
supervivencia laboral y logros
adquiridos.
Una dirigencia, que ha dado sobradas
pruebas de ser insobornable y
fiel a sus representados, como tenaz
e imbatible, para acrecentar sus
conquistas y derechos.
SEPAMOS COMPAÑEROS VOTAR.
POR UN APTA DE TODOS,
SUPERADORA E HISTÓRICAMENTE
COMBATIVA, SOLO AL SERVICIO DE
SUS TRABAJADORES.
Ricardo Cirielli
Secretario General