Hubo suspensiones en rubros como textiles, electrónicos y carrocerías; un año que preocupa.
Por Silvia Stang
LA NACION
Los primeros meses de un año para el que se prevé una significativa desaceleración económica -que, de hecho, se empieza a ver ya en las estadísticas- dejan señales preocupantes por las repercusiones negativas en el campo laboral. Son repercusiones que se ven potenciadas por las trabas a las importaciones que, a contramano de los objetivos que proclama el Gobierno, generan inconvenientes para la propia industria nacional, que en buena medida depende de bienes intermedios comprados en el exterior.
Varios sectores tienen sus luces de alerta encendidas. Es el caso de los empresarios de logística y transporte, donde datos relevados por las entidades que agrupan a las empresas permiten estimar que en febrero hubo una caída interanual de alrededor del 20% en el volumen de cargas transportadas, consecuencia tanto de los menores pedidos para comercios como de la falta de bienes importados para mover. La baja, según confiaron fuentes del sector, afecta principalmente al interior.
"En la actividad de logística de productos importados hay serios problemas; todavía no se han visto casos de suspensiones, pero habrá que ver si las trabas continúan", señaló un directivo del sector, donde además expresan su preocupación por otros factores, en los que se mezcla la situación económica con la política.
El hecho es que el transporte de cargas se vio beneficiado durante los últimos años con una compensación estatal por el pago de las contribuciones patronales correspondientes a los empleados del convenio de camioneros, el gremio del líder de la CGT, Hugo Moyano, ahora ubicado cada vez más lejos del Gobierno. Los empresarios señalan que esos recursos no les llegaron por todo 2011 y que, en algunos casos, también se les adeudan meses de 2010.
Donde sí se anunciaron ya suspensiones es en la industria textil. Lo había hecho la empresa Dass, fabricante de zapatillas Nike y de otras marcas, aunque la medida -que iba a afectar el empleo desde esta semana- habría quedado sin efecto por la normalización, a último momento, del ingreso de insumos adquiridos en el exterior.
Alpargatas, por su parte, acordó con la Asociación Obrera Textil suspender personal tanto la semana entrante como durante la primera de mayo, "por variaciones en la demanda interna", según comunicó la empresa. Los empleados cobrarán el 70 por ciento de sus salarios por esos períodos sin trabajo.
En el sindicato de textiles dijeron a La Nacion que no hay otros casos de medidas que afecten el empleo, pero sí advirtieron sobre el menor crecimiento de los puestos. "Si antes se creaban diez, ahora serán cuatro", ejemplificaron.
Otro sistema acordado de suspensiones es el que afecta a unos 300 trabajadores de la industria de carrocerías para colectivos y camiones, según afirmó en diálogo con La Nacion el secretario general del Smata, Ricardo Pignanelli. Según el dirigente gremial, el sector fue afectado por una baja en las exportaciones. Lo acordado implica que el personal queda suspendido en forma rotativa (es un reclamo que, por lo general, elevan en estos casos los sindicatos) y se cobra entre el 75 y el 80% del sueldo durante esos días.
Más allá de que en otras fábricas no se llegó a afectar la jornada de empleo, no pocos advierten que se corre muchas veces con el tiempo justo para llegar a contar con los insumos necesarios. En febrero, Fiat suspendió a su personal por falta de materiales fabricados en el país y en Brasil, que no llegaron a tiempo.
Aunque intentó negar la existencia de una crisis en la industria electrónica de Tierra del Fuego -pese a admitir la caída de contratos laborales en los primeros meses del año por falta de insumos-, el ministro de Industria e Innovación Productiva de la provincia, Fabio Delamata, reconoció días atrás que el sector enfrenta inconvenientes por "una cuestión estacional", pero también por "el control de las importaciones" al que, sin embargo, dijo apoyar. Así, en los primeros meses del año, dijo, se habían caído casi 5000 contratos laborales en la provincia. Como se trata de fábricas de ensamblado, la llegada de materiales importados es imprescindible para la actividad.
Más allá de los problemas derivados de las trabas a las importaciones, para este año los economistas prevén, por un lado, una caída de la tasa de crecimiento y, por el otro, un menor acompañamiento del empleo: es decir, que por cada punto de mejora de la actividad, la ocupación avanzaría menos que en años anteriores. Esa baja de las expectativas también está en boca de los protagonistas de la actividad.
