Insistentemente durante su discurso, Cristina Fernández habló de sus pretensiones de “profesionalización” de la futura conducción estatal de la petrolera. La Presidente apuntaría a que esa aspiración sea leída como lo contrario a lo que pasa en Aerolíneas que es conducida por un militante de La Cámpora, sin experiencia en el rubro.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Cristina Fernández prometió la "profesionalización" de la conducción de YPF, petrolera cuya mayor parte de sus acciones pasará a manos del Estado tras la segura aprobación de un proyecto de ley para su expropiación.
En las 1ras horas esa promesa no se cumplió. La mandataria decretó la intervención de la petrolera que hasta este lunes (16/4) controlaba la española Repsol, y como uno de sus interventores puso al ministro de Planificación, Julio De Vido, que, según trascendió, ya se puso al frente de la dirección de la empresa.
Decimos que la promesa de la Presidente de la Nación inicialmente no se cumplió, porque puso al responsable de la peor crisis energética de la historia argentina a conducir a la petrolera que fue presentada como el instrumento para la recuperación de la producción y de las reservas hidrocarburíferas.
Poner al ideólogo e impulsor de una pésima política para el sector parece contradecir la pretensión de "profesionalización" que prometía la Presidente.
Pero la designación de De Vido al frente de YPF es momentánea. Y está claro que Cristina Fernández no se refería a su ministro de Planificación cuando hablaba de hacer más eficiente el Management de la compañía de la que el Estado participará en un 51%.
La palabra "profesionalización" fue pronunciada por la Presidente en varios tramos del discurso de este lunes, cuando defendía el proyecto de expropiación.
La mandataria se refirió "a principios claros" sobre este tema y anticipó que para el futuro gerenciamiento de la reestatizada se convocará a "argentinos que se fueron del país" y que éstos "puedan darle a YPF el lugar que se merece".
Antes Cristina Fernández quiso hacer un "mea culpa" por el manejo partidario que históricamente le dieron los gobiernos a las empresas estatales y que su "administración" había "demostrado" poder gestionar "los recursos del Estado" de forma correcta.
Pero la insistencia sobre la "profesionalización" de la futura conducción de YPF y la advertencia de que "no vamos a caer en pensar que se puede manejar una empresa petrolera de una manera liviana", dejaron al descubierto la preocupación de la Presidente por evitar que la reestatización de YPF se emparente con la de Aerolíneas Argentinas.
Cristina Fernández apuntaría a que esa "profesionalización" de la que habló con tanta insistencia sea leída como lo contrario a lo que pasa en la línea de bandera, que es conducida por Mariano Recalde, un militante de La Cámpora que al momento de su designación no contaba con ningún pergamino en la industria aerocomercial y que es fuertemente cuestionado por su labor al frente de la empresa reestatizada.
Por su inexperiencia en el rubro Recalde podría representar todo lo contrario a la "profesionalización" que la Presidente pretende para YPF, algo que se buscará fuera del país, según anticipó ella misma.
Y aunque Cristina Fernández defendió en varias oportunidades al titular de Aerolíneas Argentinas, que reconoció en 2010 que la línea de bandera perdía $8 millones por día, preferiría a un profesional al frente de la principal petrolera del país y no apenas a un acomodado político, como lo es Recalde.
La crisis energética reclama a alguien idóneo en la materia. El Gobierno nunca estuvo a la altura de las circunstancias. ¿Lo estará ahora?
