Cerca del camionero anticipan una semana “que puede ser intensa y llena de conflictos”.
La disputa entre el Gobierno y la CGT conducida por Hugo Moyano suma declaraciones a modo de advertencia, a través de los medios.
“Moyano ha sido muy claro: que no le manden mensajes”, aseguró Omar Plaini, titular del gremio de canillitas, en referencia al duro discurso del líder de los camioneros el viernes, en el que trató de “chirolitas” a los funcionarios nacionales que lo habían cuestionado. Los cruces verbales se suceden en la previa a una semana que “puede ser intensa y llena de conflictos”, según amenazaron los sindicalistas.
Hoy comenzará un paro nacional de los empleados de correos del gremio y a la mañana habrá una reunión clave, para definir si el resto de las ramas de Camioneros se suman a las medidas de fuerza por los 200 trabajadores despedidos por una contratista de la empresa Camuzzi Gas del Sur, en la Patagonia.
“No nos van a asustar: hemos luchado contra la dictadura, contra la dictadura financiera y contra todos los gobiernos que quisieron quitarle derecho a los trabajadores, y lo vamos a seguir haciendo”, mantuvo ayer el ida y vuelta desafiante Plaini, diputado nacional y sindicalista muy cercano a Moyano. El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, quedó en el centro de las críticas luego de calificar como un “apriete” la marcha y el corte de calle de los camioneros en Puerto Madero, la semana pasada, frente a las oficinas de Camuzzi. “Lo que nadie le puede reprochar a Moyano es la coherencia de dos décadas, habrá que ver de qué lado estuvo cada uno”, le dedicó Plaini, sin nombrarlo, al ser consultado sobre las palabras de Tomada.
“No se descarta que haya un conflicto mucho mayor, no estamos siendo atendidos por el Ministerio de Trabajo”, insistió ayer Marcelo Aparicio, secretario gremial de Camioneros.
Como Pablo Moyano -al frente del conflicto-, fogoneó la posibilidad de una movilización a Plaza de Mayo -también a la embajada italiana, ya que de ese país es la distribuidora de gas Camuzzi-, lo que implicaría un abierto desafío al gobierno de Cristina Kirchner. Lo mismo si las diferentes ramas del gremio se sumaran al paro, que podría provocar desabastecimiento y otros problemas en diferentes puntos del país. Con todo, quedó de manifiesto que, por el momento, detrás de las posiciones duras y las amenazas aparece entreabierta la puerta para una negociación. Una estrategia conocida: pegar y después negociar. Referentes de todas las ramas del sindicato, en “alerta y movilización”, se reunirán esta mañana para definir las “acciones” de la semana (ver aparte).
El Ministerio de Trabajo emitió un comunicado el viernes, para expresar que se mantiene vigente la conciliación obligatoria que impide a la empresa “efectuar 81 despidos” y “al sindicato tomar cualquier medida de fuerza”. Camioneros lo desestimó: reclama la reincorporación de 200 trabajadores de Correo Sur, una contratista de Camuzzi, que sostiene que el contrato vence a fin de mes.
La disputa se enmarca, a su vez, en los tironeos por las paritarias. El Gobierno, que procurará que los aumentos acordados no superen el 20% y queden por debajo de la inflación estimada para este año, prepara un comité especial encabezado por el jefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina e integrado por ministros como el propio Tomada y Débora Giorgi, de Industria. Moyano calificó de “vergonzoso” el porcentaje que pretende el Ejecutivo. En el primer acuerdo del año, los aceiteros obtuvieron un 24% de incremento.
