En la Casa Rosada creció el malestar con Moyano; reclaman que acate la conciliación obligatoria.
Tomada, ministro de Trabajo, rechazó el "apriete" de los camioneros. Foto: Archivo En un clima de fuerte confrontación entre la Casa Rosada y Hugo Moyano, el Gobierno espera en estas horas la reacción del secretario general de la CGT para decidir los pasos por seguir en una disputa que amenaza con escalar cada vez más a partir de hoy.
La amenaza que lanzó ayer el gremio moyanista, que hoy decidirá si avanza en medidas de fuerza más duras por el conflicto de los trabajadores tercerizados de la empresa Camuzzi Gas del Sur, hizo crecer el malestar puertas adentro del oficialismo con el ex aliado sindical.
Anoche, desde el Gobierno esperaban conocer cuál será la decisión final de Moyano. El Ministerio de Trabajo difundió un comunicado para destacar que está vigente la conciliación obligatoria y que fueron convocados para hoy los representantes de la empresa en conflicto para reunirse con el ministro Carlos Tomada.
Recordó, asmismo, que la cartera laboral actuó desde el mismo momento en que fue solicitada su intervención por parte de la Federación de Camioneros. Fuentes oficiales sostenían anoche a LA NACIÓN que el gremio tiene prohibido realizar un paro y que en caso de que Camioneros avance con la medida de fuerza, el Ministerio de Trabajo podría aplicar sanciones contra el sindicato moyanista.
Lo mismo, recordaban las fuentes, le cabe a la empresa en conflicto, que tampoco puede tomar ninguna decisión sobre despidos de los trabajadores en el período en que dure la conciliación obligatoria.
"Cada una de las partes tiene que cumplir con la ley", insistían anoche fuentes cercanas a la presidenta Cristina Kirchner ante la nueva amenaza lanzada desde el sector que responde a Moyano.
Cualquier decisión quedará en manos de la jefa del Estado, que ordenó la semana pasada endurecer su postura frente al conflicto, por lo que considera un nuevo ataque del líder gremial en su enfrentamiento cada vez más abierto con la Casa Rosada.
Tomada acusó el martes pasado a Pablo Moyano, hijo de Hugo Moyano y a cargo de las negociaciones en el conflicto, de llevar a cabo un "apriete" con el corte de calles que encabezó en la ciudad, y reiteró que regía la conciliación obligatoria.
La nueva amenaza que ayer lanzó el moyanismo llevó malestar a los despachos oficiales. Fuentes al tanto del conflicto destacaban que la jefa del Estado, que ayer siguió el tema desde El Calafate, no cederá en su postura. La posición oficial, según indican en la Casa Rosada, es que la disputa excede el reclamo puntual de los trabajadores de la empresa tercerizada Correos del Sur.
Ayer, el Gobierno remarcó que por la conciliación se impide a la empresa hacer efectivos los 81 despidos planteados y, a la vez, el sindicato tiene prohibido tomar cualquier medida de fuerza. Anoche no descartaban sancionar al gremio si insistía en mantener en pie el paro convocado para hoy. Recordaban la denuncia que había hecho la Casa Rosada, el año pasado, contra el sindicato del personal técnico aeronáutico, que conduce Ricardo Cirielli, cuando mantuvo las medidas de fuerza en el conflicto con Aerolíneas Argentinas. Por el momento, desde Balcarce 50 esperarán hasta hoy para resolver los pasos por seguir.
