Cada vez más cerca, analizan movilizarse por Ganancias y otros reclamos pendientes.
Las chances de un acuerdo entre Hugo Moyano y Luis Barrionuevo se acrecientan de manera veloz. Emisarios del camionero tomaron contacto en las últimas horas con el líder de los gastronómicos para proponerle “unidad en la acción”. Traducido: organizar una marcha entre ambos del Obelisco al Congreso para reclamar por la modificación del impuesto a las Ganancias.
Barrionuevo rechazó la propuesta, pero por insuficiente. Contraofertó organizar una marcha ya para mediados de este mes pero directamente a la Plaza de Mayo, es decir en las narices del Gobierno. Y que la lista de reclamos sea más amplia: eliminación de los topes a los salarios familiares, paritarias libres y que la Casa Rosada no se entrometa en la interna cegetista.
El trasfondo es justamente la pelea en la central sindical. “Díganle al ‘Negro’ (por el camionero) que si no marchamos ya, el Gobierno va a intervenir en la CGT”, le advirtió Barrionuevo a uno de los embajadores enviados por Moyano.
El camionero busca ser reelecto como jefe de la CGT, en el congreso previsto para el 12 de julio. El bloque de sectores del antimoyanismo, donde hasta ahora venía jugando el gastronómico, planea impugnar este martes ante el Ministerio de Trabajo la convocatoria al congreso de Moyano.
Desde que se sumó al bloque del antimoyanismo, Barrionuevo le planteó a los dirigentes gremiales más cercanos al Gobierno que si iban a encargarse de desplazar al camionero la Casa Rosada debía dar respuesta a los reclamos del movimiento sindical.
El gastronómico ya sabe que sus pedidos no serán atendidos: en una reunión que mantuvo hace cerca de un mes en Olivos con sindicalistas del grupo de los “Independientes”, Cristina Kirchner les adelantó que mientras Moyano esté en la CGT no habrá anuncios.
La Presidenta argumentó que no iba a “dar nada” porque el camionero pretende disputarle “poder”.
El bloque antimoyanista tiene varias patas: “Gordos”, “Independientes”, UOM, SMATA, el barrionuevismo y ex moyanistas, como el taxista Omar Viviani, el maquinista Omar Maturano y el portuario Omar Suárez. La última reunión del sector fue el miércoles y Barrionuevo, para dejar en claro su disgusto, faltó. Fue ahí cuando Moyano se entusiasmó con sumar a Barrionuevo a su espacio.
A Barrionuevo, además de la falta de respuesta del Gobierno, lo empuja otro factor a juntarse con el camionero: entre los gremios que le responden en la CGT Azul y Blanca están disconformes con la alianza con los sectores antimoyanistas. En esto el gastronómico ha sido coherente: siempre fue opositor a las administraciones kirchneristas.
Hoy, en el universo sindical peronista, el otro sector opositor es el moyanismo.
Mañana está prevista otra reunión del antimoyanismo en Taxistas. Es improbable que vaya Barrionuevo, según se especulaba ayer en ámbitos sindicales. En el antimoyanismo ya olfatean que Barrionuevo terminará junto a Moyano. “Si se va de nuestro espacio, políticamente nos caga la vida”, opinó un dirigente del sector.
Más que políticas, las diferencias entre Barrionuevo y Moyano son por quién liderará la CGT. Para alcanzar un acuerdo entre ambos sectores ya se baraja una alternativa: que el camionero vaya de secretario general y el gastronómico de adjunto.
