El gobierno de Mauricio Macri se sumó ayer al pedido de la CGT de Hugo Moyano y de otros sectores políticos y empresarios para que la Casa Rosada suba el mínimo no imponible del pago de Ganancias, que afecta a millones de trabajadores en relación de dependencia.
Lo hizo desde un lugar más que sensible: los maestros y profesores que, por efecto de los últimos aumentos salariales, son alcanzados por este impuesto. "Hoy, el 80 por ciento de los docentes de la ciudad de Buenos Aires pagan Ganancias", afirmó a LA NACION el ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich. El funcionario pidió a la presidenta Cristina Kirchner que "considerara" una suba que eximiera a los docentes de pagar Ganancias, dado que "por esta política [salarial] que tuvo Macri se triplicó el sueldo de los docentes". El ministro apuntó a la Casa Rosada. "Le pedimos a la Presidenta que incentive la vocación docente y que, así como lo hace con las industrias, baje los impuestos a los sueldos de los maestros", afirmó el titular de la cartera educativa.
Según el último aumento acordado por el gobierno porteño con los gremios docentes, los maestros porteños cobrarán, desde el primero de julio, 6050 pesos de salario inicial por jornada completa, unos 200 pesos por encima del mínimo establecido por el Gobierno para los trabajadores solteros.
El reclamo de Bullrich, que se da en consonancia con el progresivo aumento de la tensión entre la Casa Rosada y el macrismo, supone una toma de posición del líder de Pro en la pulseada entre Moyano y el Gobierno para que menos trabajadores en relación de dependencia paguen el impuesto.
Cortocircuitos
Según informó LA NACION en su edición de anteayer, el Gobierno no piensa aumentar el piso de pago de Ganancias en las próximas semanas para no otorgarle un triunfo político a Moyano, que el 12 de julio intentará quedarse otros cuatro años al frente de la central sindical. La mayoría kirchnerista en el Congreso bloqueará los intentos opositores por aprobar un proyecto que eleve el monto mínimo para el pago del tributo sobre los salarios.
El reclamo del gobierno porteño, consensuado además en reuniones con el propio Macri y el ministro de Economía porteño, Néstor Grindetti, coincidió con una campaña dispuesta por la Ctera para que el Gobierno dé marcha atrás con su decisión de paralizar el debate por Ganancias.
Ayer, y con la firma de su secretaria general Stella Maldonado, la entidad (que responde a la CTA kirchnerista de Hugo Yasky) anunció que "está realizando una campaña de firmas de petitorios en todas las escuelas del país" para que el Poder Ejecutivo trate el tema, "porque entendemos que afecta el poder adquisitivo de nuestros salarios". Los vínculos entre el Gobierno y los docentes quedaron tensados al máximo luego de las palabras de la Presidenta, quien en medio de la disputa de paritarias afirmó que los maestros "tienen tres meses de vacaciones" y un alto porcentaje de ausentismo.
Al margen del reclamo por Ganancias, las relaciones entre kirchneristas y macristas sigue empantanadas. Ayer, mientras el ministro del Interior, Florencio Randazzo, culpó al gobierno porteño por la "suspensión" de la primera reunión técnica del ente tripartito del transporte que debería derivar en una agencia metropolitana, desde el gobierno porteño afirmaron: "Nunca recibimos la invitación para concurrir". La reunión se llevaría a cabo hoy, con presencia de funcionarios bonaerenses.
