Iba a recibir atención médica en Buenos Aires. Viaja desde 1993 y nunca se requirió este permiso ya que se entrega previamente con un formulario que había sido aprobado por la empresa.
Luego de haber hecho malabares para concretar un viaje a Buenos Aires para hacer atender a su hijo con discapacidad en hospitales porteños, el chico y su madre fueron obligados a descender del avión a punto de despegar con el argumento de que faltaba un certificado médico.
Ante esta situación, Matías de 19 años, quien padece una enfermedad rara, entre otras cosas, tuvo una crisis nerviosa que le llevó varias horas calmar. No sólo esto, sino que además por no poder viajar se perdieron varios turnos médicos obtenidos hace dos meses en los hospitales Argerich y Ramos Mejía.
"Necesitamos hacer esos estudios para poder operar a mi hijo que está en riesgo de vida; yo no voy de paseo, para nosotros es un gran esfuerzo hacer esto", aseguró indignada, pero con calma Sandra Pallero, la mamá. Y la indignación tiene que ver con la arbitrariedad de la situación y la falta de respuestas que le permitan saber si podrá resolver en parte el daño que se le hizo.
El hecho ocurrió el domingo por la mañana en el vuelo 2411 de Aerolíneas Argentinas. Entre tres personas habían subido a Matías en su silla de ruedas ya que no se cuenta con algún recurso que facilite el ascenso para personas con capacidades especiales.
Sin embargo, éste no es el mayor perjuicio que ha tenido por parte de la empresa. En abril pasado, cuando volvía de Buenos Aires extraviaron una valija que tenía estudios de incalculable valor para el tratamiento del chico.
Lo que tiene es Síndrome de Prader Willi, una enfermedad caracterizada por hipotonía, retraso mental y falta de saciedad lo que lleva a una temprana obesidad mórbida. Tal es el caso de este joven que pesa 110 kilos y que además tiene otras dolencias como problemas cardíacos, prediabetes, escoliosis múltiple, convulsiones, hipotiroidismo y en algunos momentos del día requiere un equipo especial de oxígeno para poder respirar, entre otras cosas.
El mayor costo de la demora es que están perdiéndose uno a uno los turnos obtenidos hace dos meses. Por otra parte, la situación de la familia es complicada y realizar estos viajes requiere coordinar varios aspectos. Sandra tiene a cargo a tres niños más con otras capacidades especiales, dos son sus hijos -de los cuales Matías es el menor- y además un bebé que es su nieto. "Para poder irme tuve que dejar a uno de ellos internado en el Hospital El Sauce", comenta.
Procedimiento
La mujer conoce el procedimiento. Los viajes a esa provincia son una constante desde 1993, cuando su hijo tenía un año y debió ser derivado al Garraham ante la falta de especialistas en el tema en Mendoza. Las consultas se han realizado desde entonces cada tres, cuatro y seis meses.
"Para viajar hay que llenar el Medif, un certificado que entrega la aerolínea y que debe ser llenado por el médico y por mí, esto es enviado a Buenos Aires y allí, el área de Servicios Especiales de la empresa lo autoriza; ellos me llamaron para confirmarme que estaba todo bien", detalló Sandra. Agregó que esto es algo que nunca antes le habían pedido cuando estaba a punto de viajar y que igualmente ya consta en el certificado que entregó.
Recordó que les dijo "no me hagan esto, porque él no entiende" y señaló que "ellos no saben las consecuencias que algo así tiene para un chico con discapacidad".
Es que hubo que convencerlo de cambiar de médicos y hacer lo que llamó "un circo" para que viajara esta vez.
Equipaje extraviado
"Durante años lo atendieron en el hospital Garraham, pero a partir de ahora lo trasladan al Argerich, donde además lo van a operar. Por eso, tuve que sacar todos los estudios que durante tanto tiempo le hicieron en el primero para llevarlo al nuevo centro y eso es lo que se perdió", explicó la angustiada mujer. En el mismo bolso había medicación, una máscara para el equipo de oxígeno, una faja tipo corset para la esclerosis, zapatos y ropa de talles y confección especiales.
Como este equipaje nunca fue encontrado la aerolínea le ofreció dinero para comprar el calzado y la ropa desaparecidos, pero ella señaló que lo importante era encontrar el material médico y eso es lo que ha exigido en todo momento. "Él está en riesgo de vida y necesita esos estudios ahora", objetó. "Es que en este viaje vería algunos médicos a los cuales tenía que llevar esa información, pero iba a tener que ir sin ella", argumentó. La mujer consideró que "se trata de una discriminación muy grande".
La delegada en Mendoza del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo, Valeria Martínez aseguró: "No podemos opinar porque no se nos ha hecho la denuncia formal". Sin embargo informó que no hay antecedentes similares ni en el caso de Aerolíneas Argentinas ni de otra empresa de transporte.
