Controla el transporte de combustible, alimentos, bancos y recolección de residuos. Durante el kirchnerismo tuvo su crecimiento más grande.
Bancos, supermercados, combustibles, recolección de basura. Son apenas algunas actividades cruciales que pueden ser frenadas por Hugo Moyano, el líder de los camioneros, que en los últimos años atrapó afiliados en rubros estratégicos y convirtió a su sindicato en el único capaz de paralizar –por sí solo– todo el país.
Pero el mandamás de la Confederación General del Trabajo (CGT) no sólo maneja el gremio con mayor capacidad de fuego de la Argentina, sino que además tiene como aliados a otras ramas sindicales importantes, como los trabajadores de los puertos, los empleados bancarios, los pilotos de aviones y hasta un sector de los ferroviarios.
El poder actual de Moyano se debe en buena medida a la multiplicación de los tentáculos de Camioneros, en rubros tan diferentes como claves para la economía.
Esa expansión fue posible gracias a la complicidad de los gobiernos kirchneristas, que a cambio recibían la indulgencia del gremialista a la hora de fijar un techo para aumentos salariales.
Una de las actividades donde tiene influencia se pudo apreciar esta semana. Se trata de los combustibles, cuyo paro de transportistas del miércoles estuvo cerca de desabastecer toda la red de estaciones de servicio.
A esto se debería agregar el respaldo explícito al camionero de los empleados petroleros, como los agrupados en el Sindicato de Petróleo y Gas Privado.
El poder de Moyano sobre los bancos también se vislumbró hace poco. Los transportadores de caudales están encuadrados en la Federación de Camioneros, y la semana pasada hicieron un paro que amenazó con dejar vacíos los cajeros automáticos.
Mientras tanto, el titular gremial de La Bancaria ya avisó que apoyará la próxima movilización de Moyano en Plaza de Mayo.
El camionero también colocó sus tentáculos en la mercadería de los supermercados. No le resultó fácil, porque tuvo que enfrentarse durante años a Armando Cavalieri, el histórico jefe de los empleados de comercio.
Pero gracias al apoyo del gobierno kirchnerista, hoy tiene afiliados en la distribución de los productos que llegan a las góndolas.
Otro rubro clave que logró acaparar fue la recolección de residuos. Como indica la lógica más elemental, su gremio solamente tenía afiliados a los conductores de los camiones.
Pero en los últimos años consiguió agregar a todos los trabajadores de la basura, abarcando hasta los barrenderos.
Allí, su influencia incluye un estrecho vínculo con Covelia SA, una empresa que en poco tiempo pasó a ocuparse de los residuos en una docena de municipios bonaerenses. Su propietario, Ricardo Depresbíteris, dijo públicamente que “Después de mi viejo, Moyano es el mejor hombre”.
Su poder incluso llega a los medios de comunicación. Y no sólo porque uno de sus hombres de mayor confianza es Omar Plaini, el histórico mandamás del gremio de los canillitas.
Sus camioneros se encargan de la distribución de los diarios y están en condiciones de bloquearla, como ya lo demostraron el año pasado en la planta de Clarín.
El jefe de la CGT también tiene como aliados a caciques sindicales poderosos, que podrían frenar las líneas áereas del país, a los mecánicos aeronáuticos e incluso las actividades de los puertos.
Donde pisa fuerte
◆ Moyano maneja el gremio con mayor capacidad de fuego. Desde el transporte de caudales hasta la circulación de diarios.
◆ En los últimos años amplió sus afiliados en rubros estratégicos como la provisión de alimentos.
◆ Además, cuenta como “socios” a sindicatos poderosos: bancarios, pilotos de aviones y portuarios.
◆ Incluso lo respaldan sectores de gremios con los que estuvo enfrentado, como Luz y Fuerza.
