Los invitó a sumarse a un paro general para la semana próxima, en reclamo contra el impuesto a las ganancias y la inflación; podrían adherir algunos gremios del transporte y los bancarios
Hoy definirán la fecha de un paro. Después de autollamarse a un período de prudencia y moderación, Hugo Moyano parece decidido a romper con su pasividad. Anteanoche levantó el teléfono y reflotó la pragmática alianza sindical con Luis Barrionuevo y Pablo Micheli, de la CTA. Los tres definirían hoy la fecha de un paro general para la semana próxima. Sería el 10 o el 11, en protesta contra el impuesto a las ganancias y la inflación.
En tren de conseguir adherentes, Moyano convocó para esta tarde al consejo directivo de su CGT. Sin embargo, lo más importante será lo que se resuelva unas horas antes en la sede de la Federación Marítima Portuaria. Allí se reunirán los representantes de 22 gremios del transporte, quienes también estarían dispuestos a protestar, aunque con una medida más moderada.
Los colectiveros de la UTA ya advirtieron que ellos no se sumarán en caso de que se convoque a un paro general. La postura está tomada a pesar de la amenaza que lanzó ayer Roberto Fernández, su jefe, quien dijo que "si el Gobierno no escucha, esto no termina bien".
Hay otros gremios que comparten la posición de la UTA y no están dispuestos a seguir los pasos de Moyano. Uno de ellos sería el de los ferroviarios de La Fraternidad. Su líder, Omar Maturano, impulsa una medida más light, con la interrupción parcial de tareas y el quite de colaboración para las horas extra. Lo más novedoso de la alianza de los gremios del transporte es que en ella confluyen organizaciones que están enroladas en las tres vertientes de la CGT: hay oficialistas, moyanistas y dirigentes que responden a la central de Barrionuevo.
"Nuestros representantes irán a la reunión con la intención de profundizar el plan de lucha. La medida debe ser inminente, con un paro de 24 horas y con movilización", dijo Barrionuevo a LA NACION. Su hombre entre los transportistas será Ricardo Cirielli, referente de los técnicos aeronáuticos.
Barrionuevo blanqueó su posición tras un encuentro con el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, y el subsecretario de Trabajo de la ciudad, Ezequiel Sabor. La reunión fue parte de la estrategia de Pro para empujar a su jefe a un forzado acercamiento con los sindicatos rumbo a 2015. Saben que en el armado nacional se necesitará una pata gremial.
La CTA de Micheli, que ya había dado certezas de que iba a mantener sus reclamos callejeros durante diciembre, se plegará a la decisión que adopten hoy la CGT de Moyano y la alianza de los gremios del transporte. "Esperamos un paro fuerte. Será el 10 o el 11 y sin movilización, para ser prudentes", señaló Micheli a LA NACION. Teme que, si convocan a una marcha a la Plaza de Mayo, se engendre el caos y quedar como uno de los responsables de la violencia.
A la medida de fuerza, además, podría sumarse el gremio bancario, que tomó el reclamo por Ganancias como una de sus principales banderas.
En la CGT oficialista, que se mantendrá al margen de cualquier protesta, barruntaban que Moyano estaba inactivo porque había reactivado el diálogo con la Casa Rosada.
En el moyanismo, en cambio, dijeron que lo que terminó de empujar a su jefe al conflicto fue el cruce retórico con los funcionarios Jorge Capitanich y Axel Kicillof, quienes argumentaron que Ganancias es un "aporte solidario" de los trabajadores y que cobrar el impuesto "es filosófica e ideológicamente necesario". Después, la determinación de avanzar con un paro habría sido consultada únicamente con su hijo Pablo, número dos de los camioneros.
Las críticas las hacemos en la cara", dijo Caló
El jefe de la CGT oficialista, Antonio Caló, encabezó ayer en San Vicente un acto de la Juventud Sindical. El líder de la UOM evitó referirse puntualmente a las medidas del sindicalismo opositor, aunque deslizó un mensaje hacia ese sector: "Así como defendemos este modelo y su continuidad, cuando tenemos que hacer alguna crítica o reclamo lo hacemos y lo vamos a hacer. Pero las críticas no las hacemos por los medios, las hacemos cara a cara y mirando a los ojos". El resto de los oradores se mostró alineado, aunque el docente Sergio Romero criticó la inflación y el peso de Ganancias.
