Accidente y misterio El vuelo de Air Asia
En marzo, desapareció un vuelo de Malaysia Airlines. En julio, un avión de esa compañía fue abatido en Ucrania.
bandazo. ansa Primero fue la misteriosa desaparición de un avión en el Océano Indico, después el derribo de otra aeronave en Ucrania y ahora otro incidente con probable final fatal.
Para las compañías aéreas malayas, el 2014 ha sido un año negrísimo a causa de una inusual concentración de tragedias aéreas con un total de 699 personas muertas, entre pasajeros y personal de abordo.
Los primeros dos incidentes han involucrado a la compañía de bandera Malaysia Airlines, considerada de alta categoría, no obstante los problemas económicos que se agravaron durante este año.
El 8 de marzo, su vuelo MH370 Kuala Lumpur–Beijing (239 personas a bordo) viró imprevistamente una hora después de su partida, interrumpió las comunicaciones y orientó su curso hacia la inmensidad del Océano Indico.
Nueve meses después, la más imponente misión de rescate no ha conseguido encontrar ni rescatar ni partes del avión, ni equipajes, ni salvavidas, ni rastro alguno que permitiese revelar el misterio del vuelo MH370. Todas las hipótesis se pusieron sobre la mesa: desde un suicidio por parte de los pilotos hasta un atentado terrorista, pasando por una fuerte despresurización de la cabina que mató a todos los ocupantes El 17 de julio otro vuelo de la compañía –el MH17 de Amsterdam (Holanda) a Kuala Lumpur– fue abatido en los cielos de Ucrania Oriental, mientras viajaba con 298 personas a bordo.
El ataque fue atribuido a los rebeldes filorrusos, aunque no hay pruebas concluyentes y tampoco pudo actuar en el lugar una comisión independiente de expertos internacionales. El incidente contribuyó a la crisis diplomática entre Kiev y Moscú en relación con la guerra civil que se mantuvo activa en el este separatista de Ucrania.
Estos episodios provocaron la merma de pasajeros y también de asistentes de vuelo que renunciaron influenciados por las supersticiones, que en Asia todavía son muy fuertes. En consecuencia, Malaysia Airlines se encaminó a la bancarrota después de los dos incidentes y el gobierno malayo debió nacionalizarla y anunció una importante reestructuración.
Por el contrario, Air Asia disfrutó hasta hoy de una imagen opuesta: un saludable crecimiento, continua expansión y finanzas sanas, en una trayectoria diferente a la de Malaysia Airlines, de la que fue una subsidiaria.
Después de ser relanzada por su nuevo patrón, Tony Fernandes, un gigante en el continente, Air Asia puso en problemas a sus competidoras, incluida Malaysia Airlines, con su nuevo modelo de negocios.
Premiada como la “mejor compañía de bajo costo en el mundo” por seis años consecutivos, se había convertido en el símbolo de la creciente movilidad de la nueva clase media de Asia, sin estar involucrada –hasta ayer– en accidentes.
Destrozos. Restos del avión de Malaysia Airlines abatido en Ucrania.
