Pablo Moyano advirtió que podría haber huelgas en todas las ramas de la actividad; freno a gastronómicos
Por Lucrecia Bullrich
LA NACION
Al filo del fin de semana largo, volvió a fracasar ayer la negociación salarial entre el sindicato de camioneros y los empresarios del sector, por lo que el gremio que comanda Hugo Moyano prepara paros sorpresivos para los próximos días.
"No se llegó a un acuerdo. El lunes vamos a reunir el plenario nacional de todas las actividades para fijar las fechas de las medidas que se van a tomar", avisó ayer Pablo Moyano, hijo de Hugo y secretario adjunto de Camioneros, en declaraciones a Radio Rivadavia. "Puede ser un paro sorpresivo en cualquiera de las 18 ramas [de la actividad] y, en caso de no haber acuerdo, no se descarta un paro nacional de 48 horas", advirtió.
Aunque Moyano habló del próximo lunes como el día en que el gremio decidirá sus próximos pasos, los camioneros están en pie de guerra y dispuestos a activar medidas de fuerza "en cualquier momento" desde el mediodía de ayer, apenas terminó sin avances la reunión con los empresarios, según pudo saber LA NACION. No habrá aviso ni advertencia. Se trata, justamente, de que los paros no puedan preverse. Las 18 ramas de las que habló Moyano incluyen servicios cruciales (más aún durante un fin de semana largo) como la recolección de residuos y el transporte de alimentos, combustible, caudales, diarios y revistas.
El de ayer fue el tercer encuentro entre referentes del gremio, con Pablo Moyano a la cabeza, representantes de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac) y del Ministerio de Trabajo. La reunión fue corta. Los empresarios ofrecieron un aumento de 28% (dos puntos por encima de la última propuesta) y los camioneros, que exigen 40%, la rechazaron de plano.
Unos y otros se fueron con la misma sensación de que ya no queda margen para seguir negociando, pese a que el ministerio de Carlos Tomada los citó para una nueva audiencia el miércoles próximo. Moyano la hizo pública con el "aviso" de que analizarán paros sorpresivos.
Los empresarios, por su parte, advirtieron que ayer mismo empezaron lo que llamaron "paros encubiertos". "El gremio arma asambleas que, en la práctica, paralizan la actividad por varias horas por día", denunció uno de ellos a LA NACION. Detalló que ayer hubo asambleas en Buenos Aires, Córdoba, Santa Cruz y Chubut, en empresas de logística y transporte de caudales. "Las medidas van a recrudecer a partir del lunes", arriesgó otro empresario que sigue de cerca las negociaciones desde la primera reunión, hace dos semanas.
Freno a gastronómicos
Por otra parte, el Ministerio de Trabajo dictó ayer la conciliación obligatoria en el conflicto de los gastronómicos, que habían amenazado con paros en los principales destinos turísticos del país durante el fin de semana largo, que comienza hoy.
El líder del sindicato, Luis Barrionuevo, se reunió ayer, también en la sede de la cartera laboral, con representantes de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica (Feghra), que concentra al grueso de los empresarios de la actividad.
Ante los hombres de negocios, el jefe de la CGT Azul y Blanca ratificó el reclamo de un aumento salarial de 35% en dos tramos. La Federación ofreció ese porcentaje, pero repartido en tres cuotas a pagar este mes, en septiembre y en febrero del año próximo. El gremio rechaza estirar los plazos de la recomposición más allá de diciembre. La negociación se estancó en ese punto.
Quedó más cerca del acuerdo, en cambio, con los hoteles de lujo, que aceptarían aumentar salarios un 35% en tramos de 20% y 15%, tal como acordó el gremio de la alimentación, pese a que esa paritaria aún no fue homologada por Trabajo.
Moyano y Barrionuevo esperan que ese antecedente y el acuerdo de los aceiteros (38,8%) que sí fue aprobado por Tomada les allanen el camino.
Se tensa la interna ferroviaria
La interna que enfrenta a los dos principales gremios ferroviarios se profundizó ayer tras la última reunión paritaria. El jefe de la Unión Ferroviaria (UF), el kirchnerista Sergio Sasia, evaluó que las partes quedaron "muy cerca de un acuerdo" por una suba salarial en torno del 32%. Por los subsidios, el Estado interviene directamente en la negociación.
El líder de los maquinistas de La Fraternidad, Omar Maturano, en cambio, aseguró que su gremio "sigue exigiendo un 35%", y que si el martes próximo no se llega a esa cifra, lanzará un paro nacional. A principio de año Maturano tomó distancia de la CGT oficialista y se acercó a Hugo Moyano..
