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No lograron definir la fecha de la huelga, aunque sería entre el 10 y el 15 de abril; hoy habrá otra reunión
Por Nicolás Balinotti
LA NACION
El tándem que conformaron Hugo Moyano y Luis Barrionuevo mostró ayer sus primeras fisuras. En un encuentro reservado, para el que se cambió la sede a último momento, ninguno de los dos pudo imponer su postura, por lo que todavía no se definió la fecha del paro nacional "contra el ajuste" que días atrás anunciaron las dos CGT opositoras.
En principio, la medida de fuerza será entre el 10 y el 15 de abril. Será una huelga general en todo el país, sin movilización. Todo se confirmaría hoy tras una nueva cumbre sindical en Azopardo 802.
En un intento de exhibirse abiertos y democráticos, hombres de Moyano y Barrionuevo argumentaron que la postergación del anuncio se debió a la ausencia del ferroviario Omar Maturano en la reunión de ayer. El jefe de La Fraternidad, aún integrante de la CGT oficialista, que encabeza Antonio Caló, ganó últimamente terreno en esta suerte de puente que se estableció entre las tres vertientes de la central obrera. Entre los sindicalistas, no descartan a Maturano como el dirigente que pueda "conducir la unidad". Pero la unión de la CGT, por ahora, es un deseo imposible. Mucho más en tiempos de conflictividad y anuncios de paros y movilizaciones.
"No hubo acuerdo para fijar la fecha y la modalidad del paro. Hay varias opciones, pero en principio será entre el 10 y el 15 de abril. Lo vamos a definir entre todos. Faltaba la opinión de Maturano", dijo ayer a LA NACION el moyanista Abel Frutos, quien ofició de vocero de la reunión que se llevó a cabo en la sede de los Peones Rurales (Uatre), en Reconquista al 600.
Con el conflicto docente en ebullición, Moyano propuso inicialmente activar el paro cuanto antes y después evaluar cómo seguir con el plan de lucha. Luego modificó su postura al conocer que el 4 y el 5 de abril sus aliados de la CTA opositora y de los estatales de ATE tendrán un congreso nacional en Mar del Plata. Junto a la CTA y a los estatales, el camionero activó un paro nacional el 20 de noviembre de 2012.
Barrionuevo, en cambio, sugirió como fecha la segunda semana de abril, aunque con la idea de concatenar el siguiente plan de lucha: un paro general de 24 horas, otro de 36 con una movilización y, por último y en caso de no haber respuestas desde el Gobierno, un paro más, pero de 48 horas. Y Roberto Fernández, líder de los colectiveros de la UTA, y Maturano, quienes actúan en bloque como un tercer sector, se mostraron más dispuestos a acompañar la alternativa que volcó el jefe de los camioneros. Consideraron demasiado combativa la propuesta del gastronómico.
Participaron de la cita en la Uatre Moyano, Barrionuevo, Frutos, Gerónimo Venegas, Juan Carlos Schmid, Mario Caligari, Amadeo Genta, Carlos Acuña, Ricardo Cirielli, Horacio Valdez y Julio Piumato, entre otros.
Más de un dirigente expuso su malestar por cómo se definió la adhesión al paro de la CTA que encabeza Pablo Micheli. Tal vez en una lucha por el protagonismo, cuestionaron que Micheli haya salido públicamente a sumarse a la medida. "El paro es de la CGT, el resto adhiere o no adhiere", se plantó un jerárquico de la central moyanista que no es la primera vez que muestra reparos por la inclusión de la CTA. Su planteo tuvo apoyos y obligó a Moyano a mediar para calmar las aguas.
A pesar de estos cortocircuitos, Micheli ya le garantizó a Moyano el apoyo a la medida. Y se comprometió a sumar al Frente de Izquierda y al Partido Obrero. Por eso, el camionero cumplió al descartar la primera semana de abril como alternativa para la huelga. El canal de diálogo entre el jefe ceteísta y el camionero se restableció después de una serie de desencuentros. "La unidad en acción está por sobre todas las cosas", insistían anoche cerca de Micheli.
Adhesiones
Pablo y Facundo Moyano, hijos del camionero, ya cerraron filas para contar con el apoyo del bastión disidente de la Unión Ferroviaria que encabeza Rubén Sobrero. También se garantizaron el respaldo de Carlos "El Perro" Santillán, el jefe de los municipales jujeños. Pero quizá lo más relevante haya sido el silencioso acuerdo que anudaron Schmid y Fernández con casi todo el transporte público. El día del paro, creen los sindicalistas, se adherirán todos menos los taxistas, que responden a Omar Viviani, hoy en la CGT oficialista.
Tal vez con la intención de sumar al reclamo a los docentes bonaerenses, Moyano dijo anoche a LA NACION que para el gremio de los camioneros el piso salarial a demandar ya no es más de 30%, sino que "será de 35% por la inflación y la devaluación". Es la misma cifra de aumento que exigen desde hace meses los maestros.
El oficialismo cruzó al jefe gastronómico
El Gobierno y diferentes voces del oficialismo expresaron ayer su rechazo a las declaraciones del jefe sindical de los gastronómicos, Luis Barrionuevo, quien había señalado que el ex presidente Néstor Kirchner "robó cerca de 6 a 7 mil millones de dólares" y que "se cagó muriendo a los 60 años por avaro".
El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, expresó ayer su "repudio más explícito". Sumaron sus rechazos el senador Aníbal Fernández, que calificó al sindicalista de "sinvergüenza y estúpido", y la titular del bloque de diputados del Frente para la Victoria, Juliana Di Tullio, que vinculó el exabrupto con "una provocación" del massismo, en cuyo sector milita la esposa del gremialista. Di Tullio agregó: "Me parece una provocación. Es un hombre que en democracia mandó a quemar urnas".
"Barrionuevo es un personaje nefasto que fue parte de las políticas neoliberales durante el menemismo", acusó el diputado Edgardo Depetri. Adhirió su repudio la gobernadora de Catamarca, Lucía Corpacci: "Las declaraciones de Barrionuevo no tienen nada que ver con la realidad. Es doloroso. Fueron terriblemente desafortunadas".
