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28/05/2014 - Muy - Nota - Actualidad - Pag. 4

Una avioneta privada, que iba a Carmelo, cayó al Río de la Plata: cinco de sus nueve ocupantes murieron.

Los especialistas analizan qué causó la tragedia.

paula galinsky

pgalinsky@muy.com.ar

Sólo 25 minutos debía tardar el vuelo desde San Fernando hasta la ciudad uruguaya de Carmelo. Allí se dirigían nueve argentinos, en su mayoría ejecutivos de importantes empresas locales, en una avioneta modelo Beech Super King Air B200.

Pero algo salió mal. Y a 10 kilómetros del destino, el aparato se desplomó.

Producto de ese dramático descenso, murieron cinco personas.

Entre ellas, estaba el piloto Leandro Larriera (43), quien intentó planear hasta “apoyar” la nave en el Río de la Plata y así aminorar el golpe, según confirmaron el vocero de la Armada uruguaya, Gastón Jaunsolo, y el secretario de Seguridad Nacional, Sergio Berni. Esta versión coincide con la de los familiares de Ignacio Llosa, uno de los cuatro sobrevivientes, quien les contó que “se escuchó un ruido fuerte y el avión empezó a bajar, como si fuera a aterrizar” y que luego sintieron “el impacto de la panza de la nave contra el agua”.

Sobre las causas, se dijo de todo: que hubo fallas en los motores, problemas con el combustible y nadie descartaba la dificultad que presentó el clima, con extensos bancos de niebla. Sin embargo, nada pudo ratificarse por lo que las razones de la caída continúan siendo un gran misterio hasta que se encuentre y analice la caja negra.

El avión civil bimotor, con patente argentina LV CNT, era propiedad e paula galinsky pgalinsky@muy.com.ar de Federico Bonomi, dueño y fundador de la firma de ropa Kosiuko.

El empresario, quien se encontraba en Estados Unidos al momento del accidente, se refirió a Sebastián Vivona (43), gerente de su empresa, amigo personal e integrante de una reconocida familia oriunda de La Pampa, dueña de Vivona Hombres, otra casa de vestimenta, quien se encontraba en la nave y, en un primer momento, fue incluido entre los fallecidos, algo que Bonomi tuvo que salir a desmentir.

A la trágica lista de víctimas fatales, encabezada por el piloto, se les sumaron Gustavo Fosco (53), diseñador, apasionado de los autos y director de asuntos públicos de Renault Argentina; Fernando Sánchez Gentile (45), jefe de Prensa de dicha compañía; Facundo Alecha (40), quien trabajaba en una empresa de alimentos para mascotas; y Fernando Lonigro (44), gerente de TTS Viajes.

Según los registros, la nave despegó a las 12, desde el aeropuerto internacional de San Fernando, y no se supo nada de ésta hasta las 13.10, cuando las fuerzas armadas de Uruguay recibieron una llamada, aparentemente desde el celular de uno de los pasajeros, pidiendo auxilio y alertando sobre su ubicación al suroeste de Carmelo, en una zona de poca profundidad, lo que dificultó la asistencia de los heridos ya que, al lugar, no podían llegar embarcaciones. Desde ese momento, se montó un intenso operativo de rescate del que participaron, en conjunto, las fuerzas de seguridad argentinas y uruguayas. La nariz de la avioneta quedó destrozada y la cola partida.

Del lado uruguayo, con lesiones graves y pronóstico reservado, quedaron internados Paula Buery (39), planificadora de eventos de TTS Viajes, y Sebastián Vivona. Con heridas leves, Santiago Villamil, gerente de Crédito Auto de BNPParibas, e Ignacio Javier Llosa, empleado administrativo en Medicus, fueron trasladados en helicóptero hacia la Argentina. En un primero momento quedaron internados en el Hospital Petrona Villegas de Cordero de San Fernando y luego fueron derivados: el primero al Hospital de Olivos y el segundo a la clínica del Jockey Club. Según precisó Carlos Maiorano, director del Hospital de San Fernando, Llosa ingresó con politraumatismos leves y heridas cortantes en el cuero cabelludo, y Villamil sufrió traumatismos múltiples y fracturas en ambos antebrazos. Ellos, seguramente, podrán ayudar a encontrar el por qué de esta tragedia aérea.

Salen desde S. Fernando

A las 12 del mediodía de ayer, luego de esperar unos minutos para evitar la niebla, la avioneta partió rumbo a la ciudad uruguaya de Carmelo.

El vuelo debía durar apenas 25 minutos.

Alertan del accidente

A las 13.10, las Fuerzas Aéreas uruguayas recibe un llamado (habría sido desde el celular de uno de los pasajeros), alertándolos sobre el choque y que había sobrevivientes.

Inician el operativo rescate.

Una joyita del mercado aéreo

La Agencia Nacional de Aviación Civil Argentina (ANAC) confirmó ayer que la avioneta que cayó al Río de la Plata es una Beech Super King Air B200. Se trata de una aeronave con capacidad para 13 pasajeros y hasta dos tripulantes y una autonomía de vuelo de 3.300 kilómetros. Su valor en el mercado es de aproximadamente de 1.500.000 dólares. Según expertos en aviación, este aeroplano bimotor con turbohélice de ala baja, fabricado en Estados Unidos, es uno de los más seguros de la actualidad y de los más vendidos en la Argentina. Los especialistas también aseguran que está preparada de aterrizar sobre cualquier superficie y para volar con un solo motor en caso de un desperfecto técnico.

“el avión era de los más seguros”

Carlos Caspani

PILOTO COMERCIAL

“Nuestra comunidad está muy triste por la pérdida de este colega.

Yo lo conocía y puedo asegurar que se trataba de un gran profesional y una excelente persona. Para nosotros es muy importante saber qué pasó. En cuanto al avión, lo único que puedo decir es que es un modelo muy seguro, que está preparado para continuar viaje incluso con fallas serias en su funcionamiento.

Es decir que, a pesar de los problemas que tenga, la máquina pueda seguir adelante. Por ejemplo, si por alguna razón deja de funcionar un motor o una turbina, la aeronave igual puede llegar a destino ya que es una de las más estables del mercado. Por lo que sé, ese vuelo estaba cerca del límite de los pasajeros (ocho más el piloto). Habría que ver el combustible que llevaba”

Los motivos del viaje

Según trascendió, el grupo se dirigía a la ciudad uruguaya de Carmelo porque allí estaban organizando el lanzamiento de un nuevo modelo de Renault. Eso explica que entre los pasajeros figuraran el director de la automotriz y su jefe de prensa, y una organizadora de eventos. Todos iban a hospedarse en el hotel Casa Chic, del que Federico Bonomi, dueño de Kosiuko y del avión, también es propietario.

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