Antes de fin de año
Las CGT opositoras de Hugo Moyano y Luis Barrionuevo volverán a reunirse este martes en un plenario en el que definirán si realizarán una nueva medida de fuerza antes de fin de año para reiterar sus reclamos al Gobierno, aunque tampoco se descarta que simplemente se declaren en estado de alerta.
En medio de algunas divergencias entre ambos líderes sindicales sobre cómo continuar su plan de acción -hace dos semanas cancelaron una reunión- los dirigentes de las dos centrales volverán a encontrarse para llegar a un acuerdo.
El plenario se desarrollará desde las 15.00 en el Salón Felipe Vallese de la sede de la calle Azopardo al 800, adonde asistirán centenares de dirigentes de gremios de todas las regionales del país.
Si bien las dos alternativas que se venían barajando eran un nuevo paro nacional -pero de 48 horas- o una marcha a Plaza de Mayo, en los últimos días trascendió que ahora tampoco se descarta que eviten ir por una nueva medida de fuerza y sólo se declaren en estado de alerta.
Esta última iniciativa la dejaron trascender desde el moyanismo, que se viene mostrando menos confrontativo comparado con el barrionuevismo, que pretende ir por un paro de dos jornadas.
"Están invitadas todas las regionales, pero para saber qué se resolverá habrá que esperar hasta el martes porque hay que deliberar y la gente del interior tiene voz y voto", explicó a NA el dirigente aeronáutico moyanista y vicepresidente de la Confederación del Transporte (CATT), Jorge Pérez Tamayo.
Por su parte, un hombre cercano a Barrionuevo señaló que en plenario de este martes habrá que "ponerse de acuerdo si va a haber una medida de fuerza de acá a fin de año" y, sobre el moyanismo, advirtió: "Si ellos no actúan, entonces no puede haber unidad en acción".
El mismo dirigente reconoció que los más "radicalizados" son los gremialistas cercanos al gastronómico, pero justificó esta postura al recordar que "nada" de lo que vienen planteando estas CGT ha tenido "una respuesta favorable".
Por su parte, cerca del camionero evalúan que el Gobierno se está "desgastando" cada vez más por errores propios, por lo que no ven con buenos ojos realizar más medidas de fuerza que les sirvan al Ejecutivo de argumento para acusar a las centrales de "desestabilizadoras".
