Viajar en avión es caro y no solo por el combustible (el sector aéreo gasta más del 34% de sus ingresos en combustible), sino también por otros motivos: el sueldo de la tripulación, el importe que se paga al aeropuertopor los servicios (puertas de embarque, vehículos para la carga y descarga del equipaje...) y por las actividades de navegación (despegue y aterrizaje) y los impuestos al Estado, que pueden ser hasta la mitad del precio del billete.
La aerolínea debe amortizar el precio del avión: por ejemplo, cada Airbus A350 cuesta unos 280 millones de euros, y también debe invertir en sumantenimiento y en el seguro. Además, la aerolínea debe pagar por susinstalaciones y el sueldo del resto de empleados, así que el margen de beneficio no es tan alto como se piensa.
Pero a pesar de todo esto las compañías low cost logran ofrecer billetes a precios muy bajos. ¿Cómo lo hacen? Wendover Productions, una productora de vídeos que «trata de explicar cómo funciona nuestro mundo»,explica los motivos y los desglosa en la siguiente lista:
1. Aviones nuevos: son más eficientes que los de hace unos años y el precio de los aviones se termina compensado con el ahorro en combustible. Las flotas de Ryanair, Easyjet y Vueling son de aviones bastante más nuevos que los de algunas compañías tradicionales. Por un lado, se utilizan mucho, de forma que no suelen agotar su vida útil. Por otro, se evitan reparaciones y controles más exhaustivos.
2. Compras al por mayor: así obtienen descuentos de los proveedores. Norwegian, por ejemplo, acaba de firmar un acuerdo con Airbus para comprar 30 aviones A321LR, con los que prevé operar las rutas de más largo recorrido a partir de 2019. Otro ejemplo: Wizz Air ha llegado a un acuerdo con la compañía Pratt & Whitney para equipar sus aviones A321neo con 110 nuevos motores, que se comenzarán a entregar en 2019, valorados en 2.500 millones de dólares.
3. Un solo tipo de avión: con esto consiguen ahorrar en la formación de los pilotos, los auxiliares de vuelo, mecánicos y personal de tierra, pues todos los aparatos funcionan igual. Además construyen los aviones de forma más eficaz, por ejemplo los de Ryanair tienen los asientos más juntos para que quepan más pasajeros, no se reclinan para ahorrar en mantenimiento y no tienen bolsillos para no limpiarlos.
4. Menos empleados: los empleados son multifunciones y mientras unos limpian otros comprueban billetes. Los trabajadores no están sindicalizados y no tiene acuerdos laborales estrictos. Además los billetes se imprimen desde casa o en máquinas, lo que ahorra gastos en personal de tierra.
5. Pocos lujos a bordo y duty free: en los vuelos low cost la comida nunca es gratis y las azafatas también pasan con un carro con productos libres de impuestos para vender a los pasajeros. A la hora de embarcar no usan pasarelas, sino autobuses que llevan hasta unas escaleras que suben al avión. Las compañías de bajo coste operan además con billetes sin maleta -sólo se puede viajar con una , pequeña-, lo que hace más barato el vuelo. Quien quiera más tendrás que pagarla.
6. Aeropuertos baratos: suelen operar en pequeños aeropuertos alejados del centro de la ciudad, como Londres-Luton o París-Beauvais (que no están ni en Londres ni en París). En ocasiones estos aeropuertos sobreviven gracias a ellas, así que las aerolíneas tienen un gran poder de negociación.
10. Menos conexiones: vuelan de punto a punto pero muchas no permiten conexiones entre vuelos con escalas, porque se añaden gastos: personal de tierra que cambia las maletas de avión, sistema de billetes más complejo, devolver dinero cuando hay un retraso...
11. Volar mucho: un avión recorre varias ciudades en un solo día, para ello la aerolínea programa solo 30-45 minutos de descanso en cada aeropuerto. Uno de los motivos para no asignar asiento es que la gente es más puntual cuando no tiene asiento fijo.
Airbus prevé que en los próximos 20 años el tráfico de pasajeros aumente un 4,5% de media anual con lo que se necesitarán 33.000 nuevos aviones. Según este estudio, las aerolíneas encargarán aeronaves con capacidad para más de 100 pasajeros a bordo, de modo que la flota a nivel global se duplicará de aquí a 2035.
