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EDITORIAL APTA.com No 11

No a la intervención ministerial de APTA: elecciones libres, independientes y democráticas como desde hace 23 años

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Luego del dictamen del Ministerio de Trabajo, el uso de la violencia es un método eficaz para anular cualquier acto eleccionario en la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico, los violentos de los grupos opositores y sus patotas, han hecho fracasar dos veces la democracia y libertad interna dentro de APTA. Por lo tanto, la mayoría de los afiliados de APTA que no desea ejercer la violencia para hacer valer sus decisiones ni jamás han participado en actos de violencia, deben extremar sus precauciones para que esos mismos violentos no impidan que se lleve a cabo el acto eleccionario final para renovar las autoridades generales de APTA. Se debe impedir el vil propósito de un grupo opositor interno, que busca controlar APTA mediante un Delegado Interventor del Ministerio de Trabajo.

De los grupos de oposición, uno responde al PO y su lógica política de acumular poder al servicio de los intereses del partido; con una estrategia, estructuración y discurso dogmático similar para todos los sindicatos y situaciones. Otro es manipulado por Brey a cargo de la AAA, buscando lo mismo que Alicia Castro y Fresia, transformar a APTA en un gremio patronal y amarillista como la AAA. Una tercera facción es abiertamente controlada por Hugo Yasky de la CTA oficialista; un pseudo-sindicalista al servicio del gobierno nacional, no de sus compañeros y el movimiento obrero organizado. Es el mismo que traicioneramente en el 2011 apoyó el intento del gobierno nacional de quitarle la personería a APTA. Es el abogado de la CTA, Dr. Héctor García, quien representa en el Ministerio de Trabajo a dicha facción opositora. Yaski ya usó los mismos métodos violentos, para abortar la normal actividad gremial y electoral, de los gremios adheridos a la CTA opositora de Pablo Micheli.

En 23 años siempre se llevaron a cabo en APTA elecciones de Junta Electoral y Comisión Directiva en forma transparente, democrática y libre. Nadie nunca las objetó. Empezando por quienes ahora critican y rechazan todo; para quienes todo está mal. Son aquellos que nunca han estado al frente de la conducción de nuestro sindicato, tomando decisiones cruciales para la vida de todos los compañeros, soportando presiones indecibles junto con aprietes personales y familiares, desde los mayores poderes políticos y económicos del país.

Incluso en los momentos más infernales cuando hubo que luchar contra dos empresas extranjeras y dos gobiernos, uno nacional y el otro español, para conseguir la supervivencia de Aerolíneas Argentinas y Austral. La contracara de cómo se puede destruir y entregar un gremio y a quienes éste representa, son los 8 expulsados de la conducción de APTA mediante asamblea extraordinaria. Esos “antisindicalistas” cuando quedaron a cargo del sindicato (entre el 2003 y el 2008, por licencia de Ricardo Cirielli), lo usaron para perseguir, reprimir y amedrentar compañeros, al servicio de los intereses vaciadores de Marsans y los de sus propios bolsillos. Hoy coherente con su pasado mercenario, están enjuiciando a APTA para sacarle (a todos sus afiliados) $ 3.000.000, calculados a marzo del 2014, reclamando ficticios viáticos que jamás se ganaron.

En la última elección general se renovó el 80% de los cargos de la CD de APTA. Y desde el inicio, la conducción se preocupó por incorporar y dar espacio gremial y social, a las nuevas generaciones de jóvenes técnicos aeronáuticos que con forman hoy la mayoría de sus bases. Impidiendo que sean discriminados por su edad y promoviendo que se incorporen activamente a la vida y responsabilidades sindicales de APTA.

Si hay continuidad en quien conduce el sindicato de APTA (1992/2003 - 2008/2015) es porque la ley lo permite, y porque sus compañeros democrática y libremente le ratificaron su confianza en cada oportunidad.

Recambio de conducción no necesariamente significa una conducción mejor. Por sí sola no es garantía de progreso institucional. Puede haber recambio, e instalarse una dirigencia mucho peor para la vida laboral y gremial de los afiliados. Las consecuencias de un sindicato enemigo, cómplice de empresas explotadoras y gobiernos antinacionales, siempre las sufren los compañeros con la pérdida de sus salarios, condiciones laborales y también de sus trabajos. Incluso el país, con el cierre de empresas nacionales aerocomerciales y de fabricación aeronáutica, porque desde los sindicatos no se las defiende como se debe y puede.

Siempre se pueden hacer las cosas mejor y lograr más. La conducción de APTA lo tiene claro, por eso en su control de gestión identifica los errores para corregirlos y los aciertos para superarlos. A diferencia de sus opositores, que solo critican, culpan, mienten y se reivindican como salvadores de APTA y sus afiliados, sin haber peleado ni conseguido nada desde la máxima responsabilidad sindical. Ni uno de los inmensos logros que en las últimas dos décadas hicieron posible que lleguemos a este presente, con trabajo aeronáutico bien retribuido y dignidad profesional.

La mayoría silenciosa y no violenta de los afiliados de APTA, deberán poder decidir democrática y pacíficamente su nueva conducción sindical. Eligiendo entre quienes quieren que APTA sea manejada desde afuera por los intereses de otro gremio; por los del gobierno de turno; por los de un partido político; o, como sucede desde hace 23 años (menos cinco), por quienes han demostrado, reiteradamente, que únicamente sirven a las necesidades y defensa de los derechos de sus compañeros.

Una decisión trascendental que deberá ser adoptada por los afiliados de APTA, en las vísperas de la situación más crítica de toda la historia aeronáutica argentina, respecto del futuro de nuestras empresas aerocomerciales y aeronáuticas estatales. Cuyos puestos de trabajo y su misma existencia están en grave riesgo de extinción. Amenazados por un ajuste brutal -ya anunciado-, cuyo libreto fue pedido a una auditora europea competidora aerocomercial de nuestras empresas aéreas públicas. De nuevo “vamos a comprar con el manual del almacenero”,como decía Don Arturo Jauretche.

Una situación mucho más peligrosa y difícil que las del 2001 y 2008 cuando el Estado aún podía ser el “Salvador”. Un desafío titánico que exigirá de experimentados “pilotos de tormenta”, con toda la capacidad, influencia y dureza suficiente, que únicamente el haber librado durante años combates gremiales de vida o muerte, pueden dar. Conductores, reconocidos y confiables, por no tener pretextos para claudicar, incapacidad para fallar, ni debilidades éticas para traicionar.

VOTEMOS POR UN APTA UNIDA Y EN PAZ. VOTEMOS POR UN APTA QUE NO SEA PATRONAL, NI GUBERNAMENTAL, NI PARTIDARIA. SOLO DE SUS TRABAJADORES

Ricardo Cirielli

Secretario General

28 de Julio de 2015


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