El líder sindical convocó para mañana al consejo para fijar la fecha del Confederal. Pero sus opositores no irán y alertan que sin quórum suficiente cualquier decisión será ilegal.
Por primera vez en mucho tiempo, Hugo Moyano comenzó a sentir en carne propia la profunda erosión de poder que enfrenta su conducción al frente de la CGT. El armado de los gremios opositores a su liderazgo y la constante pérdida de aliados a su sector ya provocaron fuertes dolores de cabeza al camionero y empiezan a complicar sus planes de reelección en la cúpula cegetista.
Con ese telón de fondo Moyano convocó para mañana al consejo directivo de la entidad con el objetivo de fijar la fecha en que se reunirá el Comité Central Confederal, el organismo encargado de ratificar la convocatoria y el orden del día del Congreso normalizador que elegirá a la próxima conducción cegetista. Sin embargo, los referentes de los principales gremios nucleados en el antimoyanismo anticiparon que no acudirán a la cita de mañana, situación que pondría al camionero en serias dificultades para reunir el quórum que es necesario para convocar al Confederal. “La mayoría de los miembros del consejo no va a ir, por lo que cualquier decisión será nula e ilegal”, advirtió un dirigente enfrentado al camionero, quien contabilizó que más de la mitad de la actual composición de la cúpula cegetista ya integra el sector disidente a la conducción moyanista. Al faltazo se sumarán también otros dirigentes de peso históricamente cercanos al camionero, pero que en los últimos meses comenzaron a tomar distancia de su conducción, como el caso del taxista Omar Viviani, quien viajó el jueves pasado al exterior. Viviani no participó del acuerdo opositor entre “gordos”, “independientes” y “barrionuevistas” y mantiene la posición equidistante de la pelea, aunque en los últimos meses criticó abiertamente la embestida moyanista contra el Gobierno.
Por su parte, la decisión del frente opositor al camionero de no acudir a la reunión del consejo directivo cegetista se vincula directamente con la estrategia del sector de intentar convencer a Moyano de que desista de disputar un nuevo mandato y acepte integrarse al acuerdo de unidad para definir una conducción de consenso al frente de la entidad. En esa tarea de convencer al líder cegetista ya trabajan los dirigentes Andrés Rodríguez (Upcn) y Roberto Fernández (UTA), pero hasta el momento la gestión del antimoyanismo no logró avanzar en su objetivo. “Nadie le va a venir a imponer condiciones a Hugo, y menos lo que integraron la CGT de los ‘90”, se quejó un importante referente del moyanismo.
Pero a pesar de las advertencias de sus hombres de confianza, la sangría de apoyos terminó forzando en las últimas semanas algunos cambios de planes por parte del camionero. Uno de ellos fue la frustrada convocatoria a una masiva movilización a Plaza de Mayo para el 27 de abril, en la previa del Día del Trabajador, para reiterar sus reclamos al Gobierno frente a la propia Casa Rosada. La coincidencia de la marcha con el acto que la presidenta Cristina Fernández encabezará el mismo día en el estadio de Vélez Sarfield terminó convenciendo al moyanismo de desistir de la convocatoria para evitar que se interpretado como una provocación.
En cambio, Moyano hará un acto menor de su propio gremio el jueves en el Parque Roca, donde espera reunir más de 30 mil camioneros para anunciar el pago de 7000 indemnizaciones a los trabajadores de la rama recolección de residuos de la ciudad Autónoma de Buenos Aires.
