Convocó para hoy a la mesa directiva de la CGT para formalizar la elección; la oposición no asistirá.
A pesar de la fuga de aliados y de que su oposición es cada vez más vigorosa, Hugo Moyano reunirá hoy al consejo directivo de la CGT en un encuentro burocráticamente necesario camino a la elección del 12 de julio próximo.
La disidencia moyanista anticipó que no concurrirá a la cita en la sede de Azopardo, lo que pone en duda el quórum para formalizar el llamado al Comité Central Confederal, que ratificará los comicios internos.
"Nadie le va a reprochar el número de dirigentes en el consejo si Moyano entiende que la mayoría quiere un cambio", condicionó uno de los impulsores de la salida del camionero de la CGT.
Pero en el moyanismo confían en tener la asistencia necesaria (la mitad más uno del consejo) y seguir firmes en su estrategia de definir la futura conducción cegetista a través del voto de los congresales. De hecho, Moyano almorzó ayer con el municipal Amadeo Genta para negociar la presencia de otros dirigentes y garantizar los trámites electorales.
El sindicato de los municipales porteños es el segundo con mayor caudal de votos (el que más tiene es el de los ruralistas), por lo que es un actor clave en una eventual definición en las urnas. Genta participó la semana pasada del encuentro de opositores en Luz y Fuerza y firmó el documento, junto con 50 gremios para activar la retirada del jefe camionero. "Siempre vamos a privilegiar la unidad", dijo a LA NACION Alejandro Amor, mano derecha de Genta y referente de las 62 Organizaciones Peronistas en la ciudad de Buenos Aires.
En el círculo íntimo de Moyano sospechan que el Estado podría meterse directamente en la elección de la CGT. Temen que el Ministerio de Trabajo no legitimice el llamado a los comicios o que active alguna objeción de los padrones sindicales.
Tanto en público como en privado, Moyano intenta mostrarse confiado en que seguirá al frente de la CGT. Contabiliza como propio el apoyo de unos 70 gremios de poco poder de afiliados, además de su vieja tropa de aliados del Movimiento Trabajadores Argentinos. "La disputa está bastante pareja. Pero de acá al 12 de julio habrá dirigentes de los dos lados del mostrador", analizó el moyanista Juan Carlos Schmid.
Entre la disidencia, en tanto, garantizan tener una abrumadora mayoría tras el encuentro de 50 gremios en la sede de Luz y Fuerza. Proyectan para el 3 de mayo una nueva reunión, en la que dicen que sumarán más sindicatos.
No prosperó la iniciativa de los opositores Roberto Fernández (UTA) y Andrés Rodríguez (UPCN) de persuadir a Moyano con el argumento de la unidad sindical para que decline de sus intenciones de extender su mandato en la central obrera.
De no surgir un acuerdo entre los moyanistas y los opositores, el liderazgo de la CGT se podría dirimir en las elecciones del 12 de julio, lo que fracturaría cada vez más al movimiento obrero. De ser así, competirían en las urnas el jefe camionero y el candidato de la disidencia, que sería el metalúrgico Antonio Caló o un hombre de "los Gordos" (representantes de los grandes gremios).
El paso formal que dará hoy la CGT es parte de la estrategia de Moyano, que anhela una definición voto a voto. "No va más que dos o tres gremios grandes se junten y decidan por el resto del movimiento obrero", planteó anoche un moyanista. El desenlace está aún abierto.
