"Qué va a pasar con los cursos", le preguntaron a Mariano Recalde, en la reunión que tuvo con representantes de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA), en referencia a la decisión de suspender los viajes del personal a San Pablo para estudiar el funcionamiento de los aviones Embraer, adquiridos en 2009.
"¿Qué viajes?", se sorprendió Recalde. Los gremialistas le recordaron su decisión y tuvo que auxiliarlo a hablar Christian Landriscina, responsable de Material Aeronáutico, para recordar de qué le estaban hablando.
"Es que queremos que los hagan en el país", simplificó el funcionario camporista, ignorando que los cursos están pagos para que los dicte la empresa que les vendió los aviones.
El contrapunto fue uno de tantos que Recalde tuvo con Apta, el gremio que conduce Ricardo Cirielli, al que recibió antes de reunirse con el resto de los sindicatos.
La secuencia fue formalmente anunciada como el inicio de las paritarias de Aerolíneas, aunque todavía no se habló de plata. Cirielli reiteró su reclamo por las inversiones pendientes, sobre todo en bancos de prueba de motores y electrónica y hangares que se anunciaron pero no existen. "Terminó reconociendo todo", aseguró a LPO.
El gremialista, que había anunciado un paro y obligó a que el Gobierno dictara la conciliación obligatoria, pidió saber cuánto está dispuesto a aumentar los salarios el gobierno y será ese el tema de la próxima reunión.
Después, Recalde recibió al resto de los gremios para seguir discutiendo salarios. Estuvieron Edgardo Llano, secretario general de la Asociación del Personal Aeronáutico (APA); Ricardo Frecia, de la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA); Rubén Fernández, de la Unión del Personal Superior Aeronáutico (UPSA) y Jorge Pérez Tamayo, titular de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA).
