Es Windjet, que anunció sorpresivamente la bancarrota y dejó a centenares de viajeros varados al cancelar sus vuelos. Se espera ahora que Alitalia se haga cargo de sus viajes y de sus empleados.
La Italia con la peor crisis global de la posguerra vive un domingo de pesadilla en el momento culminante del verano, cuando mayor es el movimiento de pasajeros, aunque más de la la mitad de los italianos han decidido quedarse en sus casas. Hay caos en los aeropuertos por la imprevista quiebra de la compañía aérea de bajos precios Windjet, que dejó a centenares de personas en tierra al cancelar todos sus vuelos.
En el aeropuerto romano de Fiumicino, familias enteras vagaron durante la madrugada y el resto de la jornada como almas en pena, después que Windjet anunció en práctica la bancarrota a partir de la medianoche. Windjet es propiedad de un grupo siciliano que negociaba pasar el negocio con sus doce aviones a Alitalia.
Pero las tratativas fracasaron y pagan los platos rotos 300 mil pasajeros que poseen los billetes que han pagado. La compañía continuó a vender a manos llenas, aprovechando la demanda veraniega, pasajes a distintas escalas italianas y en el exterior.
Alrededor de 200 turistas israelíes que debían volver a casa pudieron esta noche abordar un avión contratado especialmente y partir con destino a Tel Aviv, mientras que desde Moscú un centenar de rabiosos italianos tuvieron que pagar 200 euros extras para poderse embarcar con destino a Roma.
En Catania, Sicilia, enfurecidas familias que se consideraban estafadas asaltaron las oficinas de Windjet.Alitalia y otras compañías anunciaron que aceptaban trasladar en sus propios aviones a los pasajeros anclados por el "crack", pero los perjudicados denunciaron que tuvieron que pagar extras de hasta 100 euros por las escalas italianas.
Codacons, una organización de consumidores, presentó una denuncia a la justicia acusando de estafa a las compañías que por un lado se apropian de los billetes de Windjet y por la otra se hacen pagar otras sumas.
Quinientos trabajadores angustiados reclaman por su puesto de trabajo. La esperanza es que Alitalia se haga cargo de los bienes y el trabajo de Windjet, pero se supo esta noche que varios aviones alquilados fueron devueltos hoy a sus propietarios en Irlanda. Y uno de los aviones que estaban en Roma fue secuestrado por los acreedores.
Mucho peor lucen las consecuencias sociales del cierre efectivo de la acería ILVA, de Taranto, la más grande de Europa, ordenada hoy por la justicia italiana. La crisis había estallado hace dos semanas con una primera decisión de secuestro de las instalaciones "calientes" de la siderúrgica, que en realidad paraliza todo el proceso productivo que ocupa a más de 13 mil trabajadores.
