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18/01/2012 La Nación.com - La negociación paritaria

La CTA disidente exige aumentos salariales del 30%.

Se diferenció de la fracción kirchnerista, que pidió un 25%; presión de docentes y aceiteros.

La negociación de subas salariales arrancó con complicaciones tanto para los gremios alineados con el Gobierno como para los que se sitúan en la vereda de enfrente. Tras el pedido de un aumento del 25% por parte de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) kirchnerista, la fracción disidente, encabezada por Pablo Micheli, salió ayer a plantear su postura: exigió un alza del 30% como piso mínimo.
"Las negociaciones no pueden ubicarse por debajo del 30% de incremento salarial a fin de sostener el poder adquisitivo frente al aumento del costo de vida por la inflación", consideró el secretario adjunto de la CTA opositora, Ricardo Peidró.

Anteayer, Hugo Yasky, líder de la CTA kirchnerista , había pedido una suba del 24 o 25 por ciento.
De esta manera, los dos sectores de la CTA y la CGT que conduce Hugo Moyano plantearon un escenario diferente al que prevén los empresarios, quienes le pidieron al Gobierno que las paritarias no superen de ninguna manera el 20 por ciento.

En este contexto, el vicepresidente, Amado Boudou, reclamó anteayer "racionalidad" y evitó arrojar un cifra de referencia, aunque admitió que el alza estará entre el 18 y el 25 por ciento.

La CTA de Micheli justificó su exigencia del 30% debido a la inflación (consideran que en 2011 fue de un 25%). Además, a través de un comunicado, sugirió tratar el reparto de las ganancias empresariales entre los trabajadores y pidió por una ampliación de los derechos laborales.

Las negociaciones en algunos sectores está guiada por la tensión. El caso del sindicato de los aceiteros sirve como botón de muestra. Sin acuerdo con los empresarios, el gremio hizo una huelga en diciembre y la situación obligó a la intervención del Ministerio de Trabajo. Pasado mañana, el ministro Carlos Tomada intentará acercar a las partes, aunque el acuerdo se asoma difícil.

El gremio exigió elevar el salario básico del peón de 5000 a 6310 pesos, lo que equivale una suba aproximada del 26%. Los empresarios, en cambio, prevén un alza del 17%. En caso no haber un trato, los gremialistas activarán una medida de fuerza en marzo, cuando es época de cosecha, según comentó a LA NACION el asesor legal del sindicato de los aceiteros de Rosario, Horacio Zamboni.

No menos conflictivo es el panorama con los gremios de Luz y Fuerza y el de los colectiveros, quienes tampoco acordaron tras las primeras conversaciones con los empresarios.

Se sumaron ayer al reclamo de una suba salarial mayor al 25% los gremios docentes bonaerenses, que advirtieron que negociarán con "la inflación no oficial". Hasta el kirchnerista Víctor Santa María, secretario general del sindicato de encargados de edificios, afirmó ayer que "no es descabellado" pedir un aumento del 25 por ciento.

Río Negro: Uatre acordó una suba del 24%
A partir de la intervención del gobernador Alberto Weretilneck, la Unión Argentina de Trabajadores Rurales (Uatre) acordó con el sector empresario un aumento salarial del 24 por ciento. La negociación estaba estancada hasta ayer, justo en época de cosecha de manzanas y peras. Inicialmente, Uatre había exigido un alza del 40%, mientras que las cámaras empresariales habían ofrecido un 11,5%. El gremio amenazó con cortes de rutas y la tensión obligó a la mediación de Weretilneck. "Había que garantizar la paz social y el gobernador lo hizo", expresó el líder regional de Uatre, Sergio Alarcón.

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