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22/01/2012 La Nacion.com

Moyano desafía al Gobierno y busca continuar en la CGT

Frentes opositores abiertos en el corazón del sindicalismo, Hugo Moyano proyecta resistir al frente de la CGT. Para ello planifica una reforma estatutaria que le permita conservar su liderazgo en la central obrera.

Con el asesoramiento de abogados de confianza y de su círculo íntimo, el jefe camionero desea activar una maniobra que "equilibre" el poder de voto entre los sindicatos que integran la confederación.

En julio de este año, la CGT elegirá autoridades. Si hoy Moyano quisiera renovar su mandato, debería, sí o sí, trazar acuerdos con los gremios más numerosos. La ecuación es sencilla y proporcional: a mayor cantidad de afiliados, más delegados congresales con derecho a voto se tiene. Modificar este sistema de elección, vigente desde el surgimiento de la central, es el anhelo del moyanismo. Pretende así contrarrestar el avance de la oposición, encabezada por los sindicatos de mayor peso y representatividad en el congreso que proclama a los dirigentes cegetistas.

El proyecto de Moyano genera preocupación en el Gobierno, porque agrega un nuevo factor de tensión en el escenario político, confiaron a LA NACION fuentes de la Casa Rosada.

"Estamos evaluando una fórmula de mayor equilibrio entre los sindicatos grandes con los más pequeños. Los gremios más grandes no pueden ser la voz cantante y el resto ser satélites. Queremos revisar esta situación y democratizar aún más el espíritu confederal de la CGT", dijo a LA NACION Juan Carlos Schmid, uno de los impulsores de la reforma.

La iniciativa prevé una distribución más equitativa en el congreso que elige el futuro consejo directivo. "No nos parece justo que se resuelva entre cuatro o cinco gremios el secretariado nacional, cuando hay más de 200 sindicatos que forman parte de la central. Debe haber más participación", amplió el diputado nacional y dirigente moyanista Omar Plaini.

Por el momento, Moyano y sus aliados exploran mecanismos alternativos para instrumentar el cambio. Cinco gremios alineados al camionero plantearon en una reunión en la sede del Sadop que había que elegir a las autoridades a través del voto directo y secreto de los trabajadores. Pero el moyanismo de pura cepa descartó esa posibilidad por dos razones: considera dificultosa la unificación de padrones y porque observa con recelo el antecedente de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), fracturada tras los comicios de 2010 y con el resultado eleccionario aún sujeto a un fallo judicial.

Cualquier reforma estatutaria que Moyano quiera poner en marcha deberá pasar por el congreso cegetista, donde hoy no cuenta con la mayoría debido al distanciamiento de viejos aliados, como los metalúrgicos, mecánicos y los obreros de la construcción.
Los opositores a Moyano ya advirtieron que rechazarán cualquier intento para que él continúe al frente de la central.

"No podrán cambiar el sistema de elección porque la CGT no afilia a trabajadores, sino a organizaciones sindicales", desestimó ante LA NACION Héctor Daer (Sanidad), uno de los hombres fuertes del sector de "los Gordos" (representantes de los grandes gremios).
Desde el bastión de "los independientes", integrado por Gerardo Martínez (Uocra), Andrés Rodríguez (UPCN) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), se prevé también una resistencia a la iniciativa del camionero.

Para ellos, el ciclo de Moyano en la CGT concluye sí o sí en julio. Los tres se reintegran de sus vacaciones el 1° de febrero.

Otro actor determinante en esta disputa es Luis Barrionuevo , que cuenta con el respaldo de casi 50 gremios. El gastronómico no tiene poder para pelear en soledad, pero sus congresales pueden ser clave para torcer una elección en la CGT.

"Moyano no sé si junta 250 congresales. No tiene ninguna posibilidad de seguir si no lleva a la práctica el discurso de Huracán y pelea por los salarios, el impuesto a las ganancias y la deuda con las obras sociales sindicales", sostuvo Barrionuevo.

Detrás de la iniciativa del camionero están Schmid, Julio Piumato, Facundo Moyano y una tropa de asesores legales encabezada por Héctor Recalde. "Si otros sectores se oponen, que nos den los fundamentos, por qué", exclamó Schmid.

El 14 de julio de 2004 Moyano desembarcó en la conducción de la CGT. Impulsados por el entonces presidente Néstor Kirchner, el jefe camionero y Rodolfo Daer (Alimentación) hicieron las paces y consagraron, previa modificación del estatuto confederal, una secretaría general colegiada de tres miembros integrada por Moyano, Lingeri y Susana Rueda. Al año siguiente, la titularidad recayó únicamente en Moyano, que revalidó su liderazgo en el congreso de julio de 2008 con el apoyo de 1294 congresales sobre 1324 en condiciones de votar. En esta última elección, la alianza con los metalúrgicos y mecánicos fue la llave del triunfo moyanista, que selló el alejamiento de Barrionuevo de la central.

Como no hay señales nítidas de que pueda surgir en la CGT un candidato a partir del consenso, Moyano prevé resistir y desestimar así la idea de un retiro pacífico, como insinuaron sectores sindicales afines al Gobierno. La reforma que impulsa el camionero pretende darle mayor peso al voto de los gremios más pequeños, justamente, los que comulgan con su liderazgo. Si no avanza su propuesta, en julio podrían confrontar dos candidatos, un hecho que no sucede desde los tiempos de Saúl Ubaldini.

Claves del delicado recambio en la CGT
Un poder total que nació dividido
Desde 2004 que Moyano es el secretario general de la CGT. En 2005 quedó en soledad en el poder tras 12 meses de una conducción colegiada junto con José Luis Lingeri y Susana Rueda.

En julio, todos los cargos en juego
El mandato de Hugo Moyano finalizará en julio de 2012. En 2008, cuando fue elegido, se consagró a los 35 miembros del consejo directivo. Los votos de cada gremio dependen del número de afiliados.

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