25-01-12 00:00 Camioneros realizó ayer un piquete y anunció una marcha a Plaza de Mayo para este viernes. Tomada criticó la protesta y denunció que busca “perturbar y marcar la cancha”.
Pablo Moyano denunció que el Gobierno aplica “políticas de ajuste”.
ELIZABETH PEGER Buenos Aires
La escalada de tensión en la relación entre el Gobierno y Hugo Moyano parece no tener fin y amenaza convertir la disputa política inicial en un conflicto que comienza a ganar la calle, el terreno donde el líder del CGT puede desplegar toda su capacidad de acción para complicar los planes del oficialismo. Justamente ese fue el sentido del mensaje que el jefe sindical, a través de su hijo Pablo Moyano, envió ayer a la Casa Rosada en el marco de un piquete callejero en Puerto Madero organizado por el Sindicato de Camioneros para repudiar la represión policial de la semana pasada en Chubut contra un grupo de choferes que denuncian 170 despidos de una empresa tercerizada de la gasífera Camuzzi.
Durante la protesta, que colapsó por varias horas el centro de la ciudad de Buenos Aires, Moyano hijo amenazó con movilizar este viernes más de 30.000 camioneros a la Plaza de Mayo en defensa de los trabajadores y contra los despidos y, tras insistir en que “no hay diálogo” con la presidenta Cristina Fernández, denunció que el Gobierno aplica “una política de ajuste” mediante planteos de “rebaja salarial”.
En el Ejecutivo recibieron con profundo malestar la advertencia moyanista. Sin ocultar su bronca, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, acusó directamente a Moyano de llevar adelante un “apriete” que, en su opinión, tiene como objetivo “perturbar y marcar la cancha”. “Esto es un apriete, trasladar el conflicto a la ciudad cuando nosotros venimos sistemáticamente planteado la situación de diálogo. No se entiende lo que ocurre con este corte. Los ciudadanos de Buenos Aires miran este corte sin entender por qué se desarrolla en la ciudad”, afirmó el ministro.
Tomada explicó que el piquete de Camioneros se realizó pese a la vigencia de la conciliación obligatoria que rige en el conflicto que el gremio mantiene con la empresa Camuzzi, a raíz de la decisión de la gasífera de rescindir el contrato con la firma Correo Sur, situación que derivó la semana pasada en el despido de 170 choferes y en la posterior protesta y represión policial contra los trabajadores en la ciudad chubutense de Trelew. Al respecto, el funcionario recordó que para hoy esta previsto un encuentro en la cartera laboral para buscar una solución a los despidos y criticó que Moyano haya realizado la movilización de ayer pese a la negociación en marcha.
Las declaraciones de Tomada fueron repudiadas posteriormente por Pablo Moyano, quien le pidió al funcionario que “deje de hablar de la metodología de protesta” de su gremio y, en directa alusión a la conflictiva relación entre su padre y el Gobierno, consideró que “posiblemente la postura del ministro hubiese sido otra si no era camioneros”.
Al nuevo cortocircuito entre la Casa Rosada y el líder cegetista, que puso fin a la especie de tregua de las últimas semanas, también se sumó ayer la ofensiva pública del oficialista para exigir que se concrete la renuncia de Hugo Moyano a la conducción del PJ.
“Creo que cuando uno renuncia a un lugar es para irse”, advirtió el ministro del Interior, Florencio Randazzo, al salir al cruce del pedido que le realizó el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, al líder de la CGT para que revea su decisión de renunciar a sus cargos en el peronismo ante el distanciamiento en su relación con el Gobierno.
