Sin ningún respaldo en la Casa Rosada, la reunión que el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, planeaba realizar con el líder de la CGT, Hugo Moyano, parece pender de un hilo. Más aún luego de que el dirigente camionero avivara el enfrentamiento con la Presidenta anteayer, cuando juzgó como "vergonzosos" los porcentajes de subas salariales que propone el Gobierno y tildó de "chirolitas" a los miembros del Gabinete.
"Esa reunión nunca tuvo fecha estipulada", explicaron desde La Plata tras una consulta de LA NACIÓN, para abrir un paréntesis acerca de la posibilidad de que el encuentro se concrete cuando Scioli regrese de Francia, adonde viajó para recibir tratamiento médico por su brazo ortopédico, según informaron desde la Gobernación.
El lunes por la noche, antes de partir hacia Europa, Scioli le pidió a Moyano que "revea" la idea de renunciar a la vicepresidencia del PJ, como lo anunció el 15 de diciembre pasado, en un acto por el Día del Camionero. "Hay que priorizar la unidad", sostuvo el gobernador.
La invitación no sólo se topó con el silencio de la Casa Rosada. Fue desestimada primero por el ministro del Interior, Florencio Randazzo, y luego por el vicepresidente, Amado Boudou. Sólo un dirigente del Movimiento Evita, el diputado provincial Fernando "Chino" Navarro, apoyó la iniciativa de Scioli.
También fue ignorada por Gabriel Mariotto. "No le di importancia. Cuando vuelva le preguntaré", sostuvo el vicegobernador bonaerense ante sus colaboradores.
El gesto también generó malestar: fue considerado por algunos funcionarios kirchneristas como un nuevo desafío de Scioli, tras el exabrupto proferido a principios de enero, cuando dijo que le "rompía las pelotas tener que dar explicaciones" y justificar su "lealtad" hacia la Presidenta.
"Si es necesaria, la reunión se hará", sostuvo ayer un vocero del gobernador, no demasiado convencido. "Lo que hicimos fue una propuesta con el mejor sentido constructivo", justificó.
