Por Nicolas Balinotti | LA NACIÓN
Cuando faltan seis meses para elegir autoridades, Omar Viviani ventiló las diferencias que agrietan hoy a la CGT. La intervención del taxista avivó el hervidero de especulaciones sobre la sucesión de Hugo Moyano, que ya les confirmó a sus aliados que está decidido a dar pelea para continuar al frente de la central obrera.
"Hay alguna división porque algunos compañeros no están de acuerdo con enfrentar al Gobierno . Esa es una posición que planteó el compañero Moyano y a lo mejor no representa a todo el conjunto de la CGT", dijo ayer el referente de los peones de taxis. De esta manera, Viviani dejó al descubierto que Moyano no cuenta con el respaldo de todos los sectores sindicales para sostener su embestida de reclamos contra la Casa Rosada.
Viviani integra el bastión de los dirigentes que comulgan con el liderazgo de Moyano. Sin embargo, durante el último año surgieron algunas desavenencias. El taxista no estuvo de acuerdo con el tono de algunos pedidos del jefe de la CGT ni con el grado de confrontación que alcanzó la disputa con el Gobierno.
Es más, hubo versiones que indicaban que Viviani se había bajado algo disgustado del palco de Huracán antes de que Moyano finalizara el discurso que selló el distanciamiento con la Casa Rosada, el 15 de diciembre pasado.
"Yo no soy ni paloma ni halcón. Estoy del lado de la Argentina, de los trabajadores, del lado de que a este país lo tenemos que sacar entre todos. Siempre hay tiempo para reconciliar las partes y acercar posiciones. El diálogo es fundamental", expresó Viviani en declaraciones radiales.
El intento de pacificación que envió Viviani encontró eco en el sector de los dirigentes "independientes" que integran la central obrera. "No es conveniente tanta conflictividad", sugirió uno de ellos. En este bastión, integrado por José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Gerardo Martínez (Uocra) y Andrés Rodríguez (UPCN), barruntan que el ciclo de Moyano ya tiene fecha vencimiento: en julio, al cierre de su mandato.
Una vez que finalice la negociación paritaria de cada gremio y cuando se avecine el congreso cegetista que elige a las nuevas autoridades, los independientes procurarán ser una suerte de nexo entre moyanistas y "los Gordos" (representantes de los grandes gremios) para intentar encontrar un candidato a secretario general surgido del consenso. No será una tarea sencilla.
Los independientes y "los Gordos" le enrostraron a Moyano más de una vez su desacuerdo con algunas actitudes, como la insistencia en reclamar cargos políticos y su estilo confrontativo y personalista de ejercer el poder.
A tono con los anhelos de la Casa Rosada, los independientes observan con agrado que el próximo líder de la CGT provenga de un sindicato industrial. Ya se posicionaron los dirigentes Antonio Caló (metalúrgicos) y el referente de los mecánicos, Ricardo Pignanelli.
En el sector de "los Gordos" apuntalan a Héctor Daer, jefe de la seccional Buenos Aires del Sindicato de Sanidad que encabeza Carlos West Ocampo. Lo respaldan, además, Oscar Lescano (Luz y Fuerza) y Armando Cavalieri (Comercio).
En medio de este berenjenal, Luis Barrionuevo aparece como un actor que puede ser determinante. El gastronómico cuenta con el respaldo de 50 gremios. No tiene poder para pelear en soledad, pero sus congresales pueden ser claves para torcer unas elecciones.
El plan
Moyano tomó nota de los focos opositores en la CGT y estudia un plan para reformar el sistema de elección de autoridades, según reveló LA NACION hace nueve días. El camionero desea equilibrar el poder de voto de gremios que integran la confederación y darles mayor peso a los sindicatos más pequeños, justamente, los que son sus aliados. Detrás de la iniciativa del camionero están Juan Carlos Schmid, Julio Piumato y una tropa de asesores legales. De no avanzar la iniciativa, debería, sí o sí, trazar acuerdos con los gremios más numerosos. La ecuación es sencilla: a mayor cantidad de afiliados, más delegados congresales con derecho a voto se tienen.
