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01/02/2012 Clarín

Camioneros: crece el conflicto.

Por Martín Bravo
En las negociaciones para buscar una solución, Pablo Moyano fue recibido por un subsecretario. Al mismo tiempo, el ministro Tomada estaba reunido con la empresa. Los camioneros extendieron los bloqueos a otras sedes de Camuzzi.

Las reuniones en el ministerio de Trabajo no derivaron en avances concretos y el sindicato de Camioneros intensificó las protestas con bloqueos en diferentes oficinas de la empresa de gas Camuzzi, en reclamo por los 200 integrantes de ese gremio que se quedaron sin trabajo en la Patagonia.

La prolongación del conflicto potencia la tensión entre Cristina Kirchner y Hugo Moyano. Pablo, el hijo del líder de la CGT y cara visible de estas acciones por los empleados de correos, cuestionó con dureza a los funcionarios nacionales y atribuyó la demora de la solución a la intención de desgastar a su padre y desplazarlo de la conducción de la CGT. Más tarde, el Gobierno dio otra señal de la distancia creciente: el ministro Carlos Tomada recibió a directivos de Camuzzi y delegó en Alvaro Ruiz -subsecretario de Relaciones Laborales- una reunión con Pablo Moyano, que desde la cartera calificaron de “informal” y pedida por Camioneros.

Los bloqueos a Camuzzi Gas del Sur se extendieron a la zona pampeana y algunas sedes de la provincia de Buenos Aires. Los sindicalistas habían usado el lunes esa metodología en diez sucursales del Correo Argentino. El conflicto se generó cuando Camuzzi, una firma italiana, decidió terminar el vínculo con la contratista Correo Sur y el gremio inició el reclamo por 200 trabajadores despedidos, 81 según el ministerio.

Luego del encuentro de Tomada con los directivos de Camuzzi, la cartera de Trabajo expresó en un comunicado que “en la búsqueda de soluciones se consideraron las posibles reubicaciones de los trabajadores”.

En el mismo texto se refirió a una “reunión informal solicitada por el sindicato de Camioneros”, con el detalle de que se había sumado Pablo Moyano, “cuya participación no estaba prevista ni anunciada”.

Llegó al ministerio al mediodía, cuando Ruiz ya estaba con Marcelo Aparicio, secretario gremial de Camioneros.

“Estas reuniones no sirven de mucho, porque en un piso estamos nosotros y en otro los empresarios”, desestimó expectativas Pablo Moyano al llegar. Y menos conforme quedó al final: se fue por una salida lateral, sin hablar. “No vamos a decir nada hasta reunirnos con Trabajo, en serio”, contó una fuente del gremio.

Por la mañana, Pablo Moyano había dicho bastante. “¿Cuánto hace que venimos con esto y no hay una decisión política para llegar a una solución. No nos van a desgastar, vamos a seguir con Camuzzi y cualquiera que quiera precarizar a los trabajadores”, aseguró a radio La Red. Y dijo que Oscar Lescano, de Luz y Fuerza, salió a cuestionar a su padre por orden del Gobierno, como parte de la estrategia de desgaste de cara a la discusión por el final de su mandato en la CGT, en junio: “Te sale el vicegobernador (Gabriel Mariotto) a criticar, al otro día Randazzo, te mandan a este dirigente gremial que no tiene autoridad moral...”

Pablo Moyano también cuestionó que “muchos” funcionarios apoyaron las medidas económicas de Carlos Menem en los 90, como había sugerido Omar Plaini sobre Tomada. El ministro de Trabajo calificó como un “apriete” una protesta de Camioneros la semana pasada y el de Planificación, Julio De Vido, se sumó el lunes a las críticas y vinculó los reclamos a “intereses de los correos privados”.

Los sindicalistas amenazaron con una “confrontación mayor”, que incluiría un paro de todo el gremio y una marcha a Plaza de Mayo, aunque por el momento no avanzaron. A Moyano se le abrieron grietas internas y el kirchnerismo apuesta a que no tendrá margen de acción para rebelarse demasiado, aunque el camionero inició contactos con la CTA de Pablo Micheli y otros gremios enfrentados al Gobierno. Continuará.

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