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02/02/2012 La Nación - Críticas a empresas y gremialistas

Repartió advertencias a empresarios y a gremialistas

La Presidenta amenazó con indagar los sueldos de los ejecutivos
Por Mariano Obarrio

La presidenta Cristina Kirchner envió ayer el mensaje claro de advertencia a empresarios y a sindicalistas inflexibles que empantanen las negociaciones por aumentos salariales. Recurrirá a todo el poder del Estado también en este conflicto. Dijo que el Gobierno no pondrá techo a la pauta salarial, pero anunció que formó una comisión para que el Estado intervenga cuando las paritarias se empantanen, y lo hará incluso indagando en los sueldos de los gerentes empresarios.
"Tengo que velar por el interés general y no sectorial", dijo la jefa del Estado. "Tomaré las decisiones políticas que constitucionalmente me correspondan", señaló.
La futura comisión de monitoreo de las paritarias, por ahora informal, estará conformada por la ministra de Industria, Débora Giorgi; el viceministro de Economía, Axel Kicillof, y el subsecretario de Competitividad, Augusto Costa, y funcionarios de Planificación, según precisó Cristina Kirchner.
En la Casa Rosada no descartaban anoche que también participe en ese grupo el poderoso y omnipresente secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. En rigor, superpondrá sus competencias con las del ministro de Trabajo, Carlos Tomada, árbitro natural en conflictos salariales.

Productividad y rentabilidad
Esa comisión, según dijo la mandataria, deberá velar "por la competitividad con inclusión social" y para ello deberá "medir sector por sector" los sueldos de trabajadores y ejecutivos; fuentes de trabajo; productividad y rentabilidad. Confió asimismo que junto con el director de la AFIP, Ricardo Echegaray, revisó con gran sorpresa "los sueldos de ejecutivos que cobran 10, 8 o 4 millones de pesos" por año.
El grupo de trabajo servirá, dijo, para "tener los números de crecimiento a mano cuando se empantanen las negociaciones salariales". En este punto, advirtió a unos y otros: "Llegó acá también la sintonía fina, esto de la redistribución del ingreso tiene que ser serio y debemos mantener este círculo virtuoso".
Si bien pareció enviarle una señal amistosa al titular de la CGT, Hugo Moyano, cuando señaló que "este gobierno no les va a poner techo a las negociaciones salariales" y que "se van a poder negociar libremente empresarios y sindicalistas", la jefa del Estado fue muy dura con el líder camionero y con su hijo, que dirige el gremio, Pablo Moyano. "Hay que hacer un replanteo del aumento de sueldos con subsidios del Estado como el de transporte de cargas", en clara referencia a ellos.
Reveló que ese sector recibió 5000 millones de pesos en subsidios y rechazó que se negociaran aumentos salariales "con plata del Estado". Y desafió a la familia Moyano cuando invitó a quienes "critican en la política salarial a inscribirse en un partido y ganar elecciones".
Se citó a sí misma en su discurso del 10 de diciembre de 2007, cuando asumió su primera presidencia ante el Congreso: "No seré ni gendarme de las utilidades de las empresas ni presa de una interna politica ni sindical". Tomó así distancia de ambos sectores.
"Que sepan empresarios y trabajadores que van a poder negociar libremente sus salarios, pero de acuerdo a la rentabilidad de cada sector", indicó.
También criticó con dureza al dirigente gastronómico Luis Barrionuevo, aunque sin nombrarlo. Señaló que en sus registros el sindicato hacía constar que acordaba salarios por montos superiores a los que realmente recibía. Y señaló que Tomada le informó que "arreglan por 4 horas" de trabajo y que "las otras 4 horas [las cobran] en negro".

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