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05/02/2012 Perfil - Nota - Política - Pág. 16

Arenga sin Moyano

CRISTINA REÚNE A SUS TROPAS

Habrá un megaacto el 11 de marzo para demostrar la capacidad de movilización sin el camionero. Los desafíos políticos que vienen. Alfredo Leuco En el mayor de los secretos se está preparando el regreso de Cristina a un acto multitudinario. Será dentro de un mes, en un estadio de fútbol porteño. Con la referencia histórica del triunfo de Héctor Cámpora del 11 de marzo de 1973, los organizadores le ofrecieron a la Presidenta demostrar una capacidad de convocatoria y movilización que desborde las tribunas y deje a miles de personas en la calles siguiendo el acontecimiento por algunas pantallas gigantes. No era el objetivo original, pero ahora, algunos proponen que sea directamente en la cancha de Huracán (donde Hugo Moyano renunció al Partido Justicialista) con el claro mensaje de que Cristina también puede manejar la calle sin apelar ni a la CGT ni a los intendentes del Conurbano.
Todavía falta acordar los últimos detalles, pero en el borrador al que accedió PERFIL aparecen como probables oradores los que van a poner toda la carne en el asador: Emilio Pérsico (Movimiento Evita), Andrés “Cuervo” Larroque (La Cámpora) y Agustín Rossi (Corriente Nacional de la Militancia).
Recién se confirmará un par de días antes, pero la idea es que Cristina Fernández cierre con un discurso que llame a redoblar la militancia frente a un año difícil en lo económico y a levantar la guardia frente a la ofensiva de protestas que ella espera de Hugo Moyano.
El año pasado, en la última convocatoria similar, también aportó una importante columna la Juventud Sindical Peronista encabezada por Facundo Moyano. Esta vez, por supuesto, no fue invitada a participar.
Cristina Fernández de Kirchner tomó la decisión hace mucho y tiene un objetivo claro: quiere la cabeza de Hugo Moyano. No hay negociación posible. Sería un milagro si le contesta la carta que le envió el líder sindical con una lista de reclamos absolutamente justos. Moyano es el líder sindical más importante desde 1983, por lo menos, y el que mayor capacidad de daño tiene.
Pero Cristina, también es la presidenta más poderosa desde la restauración democrática y está tocando la cima de la imagen positiva y la relación con la sociedad. Es consciente de que las grandes batallas las tiene que librar ahora o nunca. Sabe que el desgaste natural de cualquier gobierno y el mal humor que inexorablemente despertarán los aumentos de tarifas en las clases medias urbanas y rurales irán erosionando lentamente sus posibilidades.
La Presidenta tiene en su gobierno un poderoso plazo fijo que, paradójicamente, cada día que pasa, vale menos. Es el gran problema de no tener sucesión: todos se dispersan buscando el futuro líder. El pase de Hugo Moyano a la oposición combativa al estilo del MTA de los 90, incluso más allá de sus intenciones y el cerco que tempranamente se tejió sobre Daniel Scioli, van a modificar el rompecabezas de alianzas en el oficialismo. Porque ambos están dispuestos a actuar (¿espalda contra espalda?) en defensa propia. Cada uno con su estilo, saben que esta vez se juegan su futuro.
Por eso, el desafío político de mayor envergadura para el cristinismo es despejar la incógnita de cómo sigue esta película. Hoy, en sus propias filas no aparece un candidato potable. Malas noticias para el vicepresidente de la Nación, que insiste en que necesitan cuatro años más de Cristina para seguir transformando la Argentina. En realidad, es Amado Boudou el que necesita cuatro años más. Pero Máximo, el heredero patrimonial, a mediados de enero, en una reunión de dos horas, y hablando de posibles candidaturas, le dijo a Emilio Pérsico: “Yo no voy a ser, pero Boudou, mucho menos”. Ni olvido ni perdón.
A esta altura , la facilidad de acceso de varios muchachos de La Cámpora al corazón de las más importantes decisiones de Estado asombra incluso a los kirchneristas de la primera hora. Es el canal de comunicación que utilizan para hacerle llegar ideas y proyectos a Cristina. El ejemplo más doméstico de que eso es cierto lo dio la propia Presidenta en el primer discurso que pronunció después de la tiroides. Compartió públicamente con Eduardo “Wado” de Pedro el recuerdo de cuando ella, en pijama y deshabillé, caminaba por la habitación del hospital Austral estudiando la posibilidad de quedarse internada una noche más. No cualquiera llega a semejante nivel de intimidad en el mundo K.
De todas maneras, recibieron la orden de enfrentar la fama de “agencia de colocaciones” y de que ganan sueldos astronómicos y los obligaron a bajarse a la mitad sus ingresos en Aerolíneas Argentinas porque había gerentes que cobraban 70 mil pesos mensuales.
Hay que estar atentos porque el choque de planetas está generando declaraciones y reposicionamientos impensados.
Los viejos amigos empresarios serán convertidos en enemigos porque el Gobierno necesita dólares para no entrar en zonas de turbulencias financieras. Para los gremialistas rebeldes también hay castigos. Julio Piumato expresó a través de Twitter sus quejas por los ataques “no del enemigo como siempre, sino de los que se dicen nacionales y populares”. El y su jefe están sintiendo el rigor de la maquinaria mediática de descalificación oficial. Piumato los imagina como frívolos de la izquierda gorila y los bautizó con un neologismo humillante: “progresimios”.
Nadie sabe hasta dónde va a llegar Cristina. Con Scioli, el hostigamiento tiene sus límites. No pueden desestabilizarlo, como les gustaría, o asfixiarlo económicamente, sobre todo, porque la protesta del Conurbano no movilizaría hacia La Plata, iría directamente a Plaza de Mayo. En el caso de Moyano, no será gratis concretar el sueño de meterlo preso.
De distintas maneras, el camionero se encargó de avisarle al Gobierno que, si eso llegara a ocurrir, “me llevo puesto al mito de Néstor con todos los monumentos que le hicieron”, en referencia a que varios de los negocios que se le cuestionan fueron hechos con la complicidad de Él.
Hay un intento mediador que encabeza el Movimento Evita que tiene en su conducción una mayoría de ex Montoneros. Ya se quemaron con fuego (mataron y murieron) y no quieren repetir la trágica historia.
Con el discurso de poner siempre en un primer plano “la contradicción fundamental” tienen un acuerdo muy sólido con Daniel Scioli, aunque algunos se sientan más cerca del discurso de la triple alianza: Mariotto-La Cámpora-Sabbatella. Y en el caso de Moyano, también se ofrecen para acercar posiciones, aunque lo hacen con mucha prudencia. Saben que el jefe de la CGT es muy pesado y que si cae, puede hacer mucho ruido y aplastarlos a ellos también.

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