Los principales dirigentes de la organización juvenil llevaron parientes a trabajar al Estado.
Desde su origen, la organización juvenil kirchnerista La Cámpora posee una raíz filial: su fundador es el hijo del tándem presidencial que conformaron Néstor y Cristina Kirchner. Desde allí hacia abajo, sus ramificaciones siguieron el mismo patrón.
Los principales líderes de la organización kirchnerista tienen a varios de sus familiares trabajando en el Gobierno con sueldos estatales. Por ejemplo, Máximo Kirchner ubicó a su cuñada Virginia García al frente de la Dirección Regional de la AFIP en Río Gallegos.
Siguiendo los pasos del jefe, el líder de La Cámpora, Andrés Larroque, colocó el 10 de enero de 2011 a su hermana Mariana en la Dirección de Documentación Presidencial. La sangre tira. Su tía Norma Juan también adhiere al proyecto kirchnerista desde las oficinas del PAMI. El amor también empuja.
Su mujer, Mercedes Gallarreta, se desempeñó durante 2011 como asesora de la Jefatura de Gabinete en el área que dirigía el “cuervo” Larroque hasta que él juró como diputado en diciembre.
El actual vicepresidente de la Legislatura de Buenos Aires, José Ottavis Arias, también tiene familiares en el Gobierno. Su hermano Juan revista en la ANSeS, dentro del programa Conectar Igualdad, que entrega computadoras a escuelas de todo el país.
Al igual que Larroque, mezcla el amor con el trabajo y la política. José Ottavis lideraba la pata juvenil de la extinta agrupación Compromiso K desde 2005. Allí conoció a la quilmeña Mayra Mendoza (29), su actual pareja. Ambos trabajaron para el Gobierno. Él como director del Fondo de Capital Social (Foncap). Ella como Gerente de Relaciones Institucionales de la ANSeS desde 2009. El año pasado a ambos los eligieron como diputados: a Ottavis por la provincia y a su novia por la Nación. La familia política expande el listado.
El primo de Mayra Mendoza, Federico Villanueva, reporta al Ministerio de Desarrollo Social.
Otro que tiene familia política en el Estado es el director de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde. El hijo del diputado nacional Héctor Recalde, cuenta con un cuñado en el Gobierno, el chacabuquense Nicolás Angelo, que cumple la jornada laboral dentro del PAMI.
La buena relación que tiene la Presidenta con el diputado Eduardo de Pedro se notó cuando desde el Gobierno apoyaron el año pasado la candidatura de su primo Juan Ignacio Ustarroz como intendente de Mercedes, lugar en el que ambos crecieron. “Juani” perdió las elecciones pero seguirá acompañando al proyecto al frente de la ANSeS de Mercedes. Además, su hermano, Gerónimo Ustarroz , trabaja en el Ministerio de Justicia y asesora a “Wado” en el Congreso.
Los familiares del diputado De Pedro acompañan el proyecto kirchnerista desde distintos ámbitos.
Su tío Alberto España es uno de los flamantes diputados bonaerenses y su tía, Silvia Révora, está a cargo de la Subsecretaria de Planificación y Política Ambiental en la cartera de Ambiente.
La tríada de los hermanos Reibel Maier es otro caso que exhibe el vínculo entre la sangre, los cargos y la política. En Río Gallegos, el más grande de los tres hermanos, Martín, conoció a Máximo Kirchner. Ambos iban al Colegio Nacional República de Guatemala. Luego su familia migró a Córdoba.
Tiempo después, Martín Reibel Maier y Máximo volvieron a ser compañeros. El 30 de diciembre de 2011 fue designado gerente general del Organismo Nacional de Administración de Bienes (Onabe), entidad que responde al Ministerio de Planificación. Su hermano, Hernán, se desempeña oficialmente en el área de Prensa de Aerolíneas Argentinas, un bastión laboral camporista. En la práctica actúa como vocero de la organización K y es quien decide con cuál medio pueden hablar sus militantes. Por último, el menor, Carlos, trabaja en la Superintendencia de Riesgos de Trabajo que depende del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.
Los otros
Treinta años cumplirá la democracia el año próximo y llegará a la madurez con una marca indisimulable: la endogamia. A pesar de los ventarrones, la clase política que se supo construir desde 1983 está cruzada por lazos familiares que forman un guiso de nepotismo en donde se cocinan casi siempre los mismos ingredientes o sus derivados.
El caso de La Cámpora funciona como caricatura de ese fenómeno, pero casi ningún partido está exento. En el oficialismo están la viuda de Kirchner, su cuñada, el hijo de Abal Medina, el de Timerman, uno de los de Moyano y la mujer de Alperovich. Pero no están solos: por el costado corren el hijo de Alfonsín y el de Macri. Y es una lista que queda muy corta.
