Sólo habrá tope de 18% para los estatales
Por Mariano Obarrio | LA NACION
En medio de la escalada de tensión con el jefe de la CGT , Hugo Moyano, el gobierno de Cristina Kirchner se resignó a que la media de aumento salarial para las próximas negociaciones paritarias rondará entre el 23 y el 25%, bastante más que la pauta del 18% que pretendía imponer la Casa Rosada hasta hace pocas semanas. Sólo en la administración pública nacional el Gobierno hará valer este porcentaje.
"El sector privado estará en 23/25%; los sueldos estatales no podrán subir más que 18%", confió un ministro a LA NACION.
Para eso, Cristina Kirchner designó a una comisión de política salarial de la administración pública, que dirige el secretario de Hacienda, Juan Carlos Pezoa, para que no se desmadre la negociación con los gremios estatales en los distintos ministerios. Sobrevuela ese temor en Balcarce 50.
Además, según revelaron fuentes oficiales, comenzó a aplicarse en estos días el decreto de necesidad y urgencia (DNU) refrendado por el Congreso a mediados del mes pasado, en pleno receso parlamentario, que permite revisar los adicionales y suplementos en 300.000 salarios públicos. Ya comenzaron a aplicarse las quitas de esos beneficios y hay malestar entre muchos funcionarios de planta permanente.
"Están haciendo ajuste, aunque no lo admitan", comentó un dirigente gremial. Incluso, el Gobierno comenzó a dar de baja contratos temporarios cuya partida en el presupuesto 2012 llegó a los 4700 millones de pesos.
Cuando el miércoles pasado Cristina Kirchner aseguró que no fijará pautas salariales en las próximas paritarias, le hizo un guiño a la CGT para descomprimir la tensión con Moyano. Supo en estos días con resignación que la pauta de aumentos salariales del 18% que imaginó para 2012 en el sector privado no se cumplirá por varias razones. La inflación no da señales de desaceleración y el ajuste en subsidios y tarifas genera más presión sindical.
Además, muchas empresas estimaron en sus presupuestos subas para este año de entre 24 y 25 por ciento.
Por otra parte, la Asociación Obrera Textil acordó anteayer un incremento salarial del 28% por seis meses; la semana previa los aceiteros habían logrado el 24% y los docentes bonaerenses piden un 29% con un piso de 3100 pesos.
En la Unión Industrial Argentina (UIA) admiten que no se negociará por menos de 20%. Héctor Méndez, del consejo directivo de la central fabril, dijo ayer a LA NACION: "Estamos en un camino de algo más de 20 y algo menos de 25%". Es lo que aceptaría el sector.
"Es algo que no molesta al Gobierno, que los empresarios podrían digerir y los trabajadores podrían sentirse con una remuneración adecuada", dijo Méndez.
Descomprimir las paritarias
Dentro del Gobierno aseguraron a LA NACION que "se mantendrá la política de lograr que los salarios le ganen a la inflación como en los últimos ocho años" para "sostener el poder adquisitivo del salario, el consumo y la demanda".
Además, en la Casa Rosada descuentan que dentro de algunos meses Cristina Kirchner anunciará otra suba del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, aunque no en los niveles que pide Moyano.
En cuanto a la comisión que intervendrá en las paritarias y que revisará la productividad y rentabilidad sector por sector -que conducen la ministra de Industria, Débora Giorgi, y el viceministro de Economía, Axel Kicillof-, en Balcarce 50 aseguraron que en ciertos casos puede favorecer a sindicatos y en otros, a empresarios. "No está hecha para beneficiar a un sector u otro", aseguran. Depende de la productividad de cada sector.
Lo que Cristina Kirchner quiere evitar a toda costa es una marcha masiva a la Plaza de Mayo convocada por Moyano o un plan de lucha con un paro general de la CGT. Para eso, buscará ahora descomprimir las paritarias y quitarle aliados sindicales al líder camionero. La ruptura con Moyano podría debilitar la base de poder del Gobierno. Por eso, la Casa Rosada buscó instalar que el jefe sindical se quedó con pocos aliados en el asado de anteayer en la CGT.
