buscador

06/02/2012 Ámbito Financiero - Nota - El País - Pág. 10

Cristina le pone a Moyano un comisario en Aerolíneas

Asume el santafesino Marconato como vice de la compañía. Reemplazará a De Pedro, referente de la Cámpora

Por: Ezequiel Rudman
Gustavo Marconato, Mariano Recalde, Carlos Zannini, Eduardo «Wado» De Pedro

Línea Néstor Kirchner, el santafesino Gustavo Marconato es el elegido por Cristina de Kirchner para desmalezar Aerolíneas Argentinas de sus constantes y sorpresivos conflictos gremiales. Aunque el exdiputado reemplazará como vicepresidente de la compañía al joven Eduardo «Wado» De Pedro, uno de los jefes de La Cámpora, la designación del flamante número dos de la aerolínea de bandera no significa un retroceso de la agrupación de Máximo Kirchner, sino más bien un cerco al jefe de la CGT, Hugo Moyano, quien había colocado al frente de AA a Mariano Recalde, hijo del abogado de la central obrera.

En medio de la escalada entre el camionero y la Casa Rosada, Recalde hijo conserva una doble y perturbadora cualidad: milita en la ultrakirchnerista La Cámpora, pero su pase pertenece a la Juventud Sindical de Facundo Moyano. La Presidente detectó la semana pasada una nueva embestida del jefe de la CGT contra el Gobierno, más allá de los ataques dialécticos a la «sintonía fina», las comparaciones con el menemismo y las amenazas de renuncia al PJ. En plena temporada vacacional, un grupo de sindicalistas de seguridad y maestranza bloqueó dos días consecutivos el acceso al Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini para protestar contra la precarización laboral. Tuvo que intervenir la Gendarmería con camiones hidrantes que finalmente no fueron utilizados.

La Casa Rosada busca liberar a la compañía aérea de las protestas del moyanista Jorge Pérez Tamayo, el jefe de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA). Expiloto presidencial y amigo del matrimonio presidencial, este sindicalista almorzó el viernes pasado con Moyano en la sede de la CGT y está ahora enfrentado con la jefa de Estado y con la cúpula de La Cámpora. Un vínculo demasiado delicado, a criterio del kirchnerismo, para confiar a Recalde.

A ese cóctel aeronáutico, compuesto por bloques a los accesos de Ezeiza y las amenazas de paro de los pilotos, se suma el secretario general de la Asociación de Personal Técnico Aeronáutico (APTA), Ricardo Cirielli, integrante de la CGT disidente Azul y Blanca del gastronómico Luis Barrionuevo.

Marconato llegará entonces a AA con el mandato presidencial de bajar la conflictividad gremial en la compañía y aplicarle «sintonía fina». Para eso deberá observar de cerca a Recalde hijo, a quien suelen identificar con La Cámpora a pesar de ser un exponente directo del moyanismo y de la Juventud Sindical. La agrupación del hijo de la Presidente y la JS no atraviesan tampoco su mejor momento. El 10 de diciembre pasado, en la previa de la Asamblea Legislativa donde Cristina de Kirchner asumió su segundo mandato, estas agrupaciones juveniles intercambiaron cánticos poco amistosos desde las tribunas. Ahora, con la designación de Marconato, el Gobierno aísla a Recalde en la cúpula de la compañía con el aval de La Cámpora, que liberó el casillero de número dos de la compañía con el éxodo de De Pedro hacia la Cámara de Diputados.

Expresidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda en la Cámara baja, este santafesino, hijo del exintendente de Las Parejas, tenía línea directa con Néstor Kirchner. En el actual gabinete reporta al secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, con quien compartió este verano mates y partidas de truco en las playas de Pinamar. La Presidente lo descubrió más tarde, en enero de 2010, cuando Martín Redrado se amotinó en su despacho de la presidencia del Banco Central para impedir que el Poder Ejecutivo cancelara deuda internacional a través de uso de reservas de la máxima autoridad monetaria.

En aquel entonces, siguiendo el procedimiento de remoción del presidente del BCRA previsto en la carta orgánica del organismo, se conformó una comisión bicameral para someter a Redrado a una especie de juicio, con derecho a defensa. Marconato fue el encargado de tejer la estrategia parlamentaria y recibió instrucciones directas de la Presidente. Pero su gran mérito fue seducir a quien hasta entonces emergía como la principal figura opositora frente al kirchnerismo, de la mano de Redrado: el radical Julio Cobos. El entonces vicepresidente, como titular del Senado, debía definir con su firma el dictamen no vinculante que tenía que expedir aquella comisión. Y Marconato se encargó de torcer la voluntad del mendocino, quien terminó recomendando la remoción del economista. Como verdugo de Cobos, quien quedó aislado dentro de la UCR y sufrió el escarnio opositor, el exdiputado ingresó al «golden circle» cristinista.

D'Onofrio 158 - (1702) Ciudadela - Buenos Aires - Argentina, Teléfono: +54 011 4653 3016/19
aviones@aviones.com
cartel_apta