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28/02/12 Clarín

Paritarias, con el telón de fondo de fuertes diferencias en salarios

DIFICULTADES PARA IMPONER A RAJATABLA LA PAUTA OFICIAL DEL 18%.
Límite. En las paritarias, el ministro Tomada cuida que los aumentos no superen el 18%.

Muchas veces, muchísimas, los sueldos van asociados al poder de fuego de cada sindicato o a la situación financiera de las empresas. Y eso se manifiesta, aquí, en enormes y crecientes diferencias de ingresos entre los propios trabajadores, tal cual lo prueba un informe del INDEC hecho en base a datos del tercer trimestre del año pasado.
Está claro, ya, que el Gobierno pretende ponerle una cota del 1%, no más del 20 por ciento, a las negociaciones salariales: 19,7% es lo que ofreció en la paritaria docente nacional. Como si 18% o 20% fuesen lo mismo, en plata, para quienes ganan $4.000 o arriba de $10.000.
Así jamás lo admita, el posiciomiento oficial se asemeja bastante a la idea que relaciona aumento de sueldos con inflación . Puede apretar también sobre los empresarios, pero en la base de la movida flota la intención de frenar el avance de los precios.
Es un modo cuanto menos implícito de admitir que le preocupa el proceso inflacionario. El real, del orden del 23% anual, no el 9,5% que el INDEC contó para 2011.
Hay otros factores que juegan a la par de la capacidad de presión de cada gremio. Entre ellos, la calificación, el riesgo de las tareas, la distancia del lugar de origen del operario, su “vida laboral útil” o el costo de las canastas de bienes y servicios.
Hecha esta aclaración, algunos de los salarios promedio, en blanco y de bolsillo, surgidos del informe del INDEC: Al tope de la escala figuran los petroleros, con $21.131 mensuales, seguidos por los trabajadores de las refinerías, que ganan $14.427. En ese lote entran, también, los $12.006 del transporte aéreo de pasajeros y de cargas; los $10.293 pesos de la electrónica de Tierra del Fuego y la siderurgia, con $10.006.
En el fondo de la tabla se encuentran los gastronómicos, con $2.635 y los peones rurales, con $3.000. No están mucho mejor, sino muy parecido, los empleados del comercio minorista, la construcción y de varias ramas textiles, que en ningún caso llegan a $4.000.
Desde luego, los promedios no significan que todos ganen lo mismo: hay salarios por encima y por debajo y gravitan los del personal jerárquico. Por eso, es sólo un parámetro que en la industria la media sea de $5.606 y de $4.516 en toda la actividad privada.
Por razones que bien pueden ser calificadas de políticas , el Gobierno se negó a homologar un aumento del 30 % para los peones rurales, un gremio liderado por Gerónimo “Momo” Villegas, duhaldista y muy próximo a Hugo Moyano. A pesar de que apenas cobran $ 3.000 y de ser un sector que el kirchnerismo juzga desprotegido y víctima de pésimas condiciones laborales.
Cualquiera de estos números revela un rasgo de inequidad en la cota del 18%. Y, por fuera de toda otra consideración, es inevitable mirar el 150 % que justo ahora se autoacordaron diputados y senadores.
Más que en 2011, este año el comienzo de las clases lleva el sello de los conflictos. Y aquí también aflora, nítida, la dispersión salarial.
Los docentes de Santa Cruz aparecen en la cima de la lista : un maestro de grado de educación primaria común, con 10 años de antigüedad, anda por $5.260. En la mitad de la escala, los de Santa Fe y Buenos Aires, con 3.603 y 2.751 pesos, respectivamente. Y en el piso, Misiones y Formosa, donde el sueldo alcanza a $2.300 en un caso y a 2.428 pesos en el otro.
Con cierta razón, los docentes de Santa Cruz suelen comparar sus ingresos con los de los petroleros. Y el hecho de que ganen muchísimo menos es motivo de protestas tan sonoras como recurrentes, aunque a menudo reclaman juntos.
El problema no será de la Nación, que carece de maestros, sino de los gobiernos provinciales . Y por partida doble, pues el aumento a los docentes suele ser tomado como espejo para las demandas del resto de los empleados públicos.
Y si en el Estado nacional los sueldos apenas representan el 21,6% del gasto total, en la mayoría de las provincias pasan el 50%. Llegan al 63% en Tierra del Fuego, a 59% en Neuquén y al 56% en Buenos Aires.
Se ha dicho: los promedios son una fotografía imprecisa de la realidad. Aún así, cantan $7.561 en el sector público nacional , contra 3.910 del provincial y 3.061 del municipal. En la Ciudad Autónoma, arrojan 5.877 pesos.
Esta es la radiografía cargada de cifras que surge del INDEC y del Ministerio de Educación. Y, con sus contrastes, el telón de fondo de las discusiones salariales ya instaladas.
Sin embargo, los fuertes diferenciales de ingresos no son el único factor que presionará contra la pauta general del 18%.
Pesan en grande los aumentos de precios más diversos, el ajuste en los servicios públicos y una suba de impuestos prácticamente extendida por todo el país y a buena parte de los municipios.
Parece decisión de la Presidenta que el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, no convalide incrementos de sueldos que desborden la cota o sean considerados excesivos.
En medio de controles esparcidos por todos los rincones de la economía, casi perdida, asomó una curiosa interpretación del Estado democrático: “Si te votan podés hacer lo que quieras en materia de salarios y de impuestos”. La planteó Cristina Kirchner, hace bien poco.

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