No circulan los patrulleros y en los bancos redujeron las custodias. En una provincia acostumbrada a las protestas sindicales, esta vez son trabajadores sin gremio los que complican al gobierno de Daniel Peralta: la policía.
Hace 48 horas que los 4700 agentes de Santa Cruz no patrullan las calles. Las custodias en los bancos se redujeron y todo el personal subalterno se encuentra acantonado, sin uniformes ni armas, en el interior de las comisarías.
Allí, despojados de miedos y abandonando el mutismo habitual de la fuerza, los agentes, cabos, sargentos, escribientes y auxiliares desgranan desventuras y amarguras con las que conviven en la institución policial. Su rosario de quejas es similar al que puede transmitir cualquier empleado estatal, aunque con la particularidad de que sus sueldos son los más relegados de la administración pública provincial -un sargento cobra $ 5000- y piden que se les duplique el salario.
"Hace 18 años que estoy en la fuerza, tengo polineumopatía por tanta exposición al frío, en dos años recibí dos uniformes y el pulóver parchado que uso tiene siete años", relató a LA NACION una mujer sargento, bajita y de modales seguros. En el interior de las dependencias de la policía judicial, los testimonios se repiten: "Ganamos 5000 pesos, la mitad que en otras provincias como Chubut o Tierra del Fuego; no nos alcanza para vivir ", aseguran a varias voces. "Es cierto que nos tenemos que comprar el uniforme, nos sale unos 4500 pesos y no nos reconocen los gastos."
Río Gallegos y El Calafate fueron las últimas localidades en sumarse a la protesta, que se inició en la madrugada del lunes en Caleta Olivia, Pico Truncado y Río Turbio. Los reclamos son similares, aunque algunos tienen sus características y reclamos locales. Tal es el caso de Río Turbio. Los agentes y bomberos autoconvocados también piden la renuncia del jefe y del subjefe de policía por excesos de autoridad con ellos y con familiares que se acercaron a la comisaría para acompañarlos en la protesta.
Mientras las calles están desprotegidas, los oficiales y suboficiales niegan estar acuartelados. "No tenemos armas", aclaran. "Hace cinco años estoy en la fuerza y nunca me dieron un arma", reforzó con enojo una joven cabo de cara fresca.
Ayer, la única voz oficial que se conoció sobre el conflicto fue la del jefe de policía, Jorge Hassan, quien mientras viajaba a Caleta Olivia, a 700 km de la capital provincial, se encontró con que se desataba el conflicto en Río Gallegos. Allí aceptó que la medida se había endurecido, aunque pidió que sea comprendida en el contexto de la crisis económica provincial.
Mientras tanto, al cierre de esta edición, en la gobernación santacruceña, el ministro de Economía, Ariel Ivovich; su par de gobierno, Paola Knoop, y el jefe de Seguridad, Alejandro Martín, intentaban acercar una protesta a la policía. Al caer la tarde recibieron a una representación de delegados en la Jefatura de Policía, que comparte medianera con la gobernación; allí el petitorio estaba unificado: pedían urgentes mejoras de salario para el personal policial, con reclamos que llegan a un 100% de aumento. La propuesta oficial no pasaría del 34% de aumento, en tres cuotas y a partir de octubre. "Es bajo y hay que pasar el invierno", reflexionó una fuente policial consultada por LA NACION.
Gomas quemadas
El conflicto alcanzó su peor momento la madrugada de ayer, cuando en varias comisarías de la ciudad, y ante el impedimento de ingresar a los edificios, los agentes rebeldes quemaron cubiertas en el frente de los edificios. Entre las 2 y las 3 de la madrugada los trasnochados se sorprendieron al saber que la quema de cubiertas era de la policía.
Así se sorprendieron los que transitaron por la calle Paradelo y vieron el fuego y el humo en la puerta de la Comisaría 3ra., a una cuadra de la casa de Máximo Kirchner, quien se encuentra en Buenos Aires desde que fue operado de la rodilla, hace tres semanas.
Durante la madrugada, y para evitar males mayores, los comisarios dejaron ingresar a los subalternos que protestaban en las calles. No en todos los casos pudieron hablar con la prensa. "Estamos garantizando las guardias mínimas, pero hace dos días que no dormimos", afirmó un oficial que no reveló su nombre.
El manto de nieve que cayó sobre la ciudad no sirvió para calmar los ánimos.
A las 19, y con 10 grados bajo cero, un puñado de familiares y policías retirados se reunieron en la esquina de Av. Kirchner y San Martín para apoyar a dos policías que fueron sancionados en esta ciudad: el comisario Horacio Rodríguez, de la policía judicial, puesto a disponibilidad por simpatizar con la causa y el oficial Ariel López, suspendido y trasladado a otra seccional.
NÚMEROS DETRÁS DE LA PROTESTA
44.000 empleados - A ese número asciende el personal de la administración pública.
4700 agentes - Es la cantidad de oficiales y suboficiales de la policía de Santa Cruz.
$ 1500 millones - El déficit provincial es equivalente a casi el 15% del presupuesto.
6 personas - Por cada seis habitantes hay un empleado público en Santa Cruz.
$ 10.500 millones - Es el monto del presupuesto total de la provincia de Santa Cruz.
$ 380 millones - Es la masa salarial para todos los empleados estatales en la provincia.
