Luis Barrionuevo sigue decidido a navegar lejos de las dos grandes facciones en que quedó dividida la CGT. Decididamente, ayer se alejó de Hugo Moyano, a quien había acompañado -lejos del palco- en la marcha contra el Gobierno de hace dos semanas.
El jefe de los gastronómicos justificó su ausencia en el congreso sindical liderado por Moyano con el argumento de que se ya se había ido de la CGT hace "seis años" por el "personalismo" del dirigente camionero.
"No nos gusta el personalismo de Moyano", afirmó Barrionuevo. Y añadió: "Nunca hay que hablar con el que se va".
Barrionuevo lidera la denominada CGT Azul y Blanca, en la que lo acompañan unos 50 gremios de pequeño y mediano porte. El principal es que él conduce.
En sus declaraciones previas al congreso moyanista, Barrionuevo describió gestiones para la unidad sindical que fracasaron tiempo atrás. "Hace 4 años el candidato de la unidad del movimiento obrero era [Antonio] Caló. Y Néstor Kirchner fue a la UOM en persona a pedirle a Caló que se bajara porque necesitaba tener a Moyano en el cargo", relató.
Según esa versión, "fue Kirchner quien puso a dedo" a Moyano, de manera que él decidió mantenerse a un lado.
En los últimos meses, Barrionuevo coqueteó con Moyano y con sus opositores, pero al final no se sumó a ninguno de los dos. En el sector que liderará Caló no se siente cómodo porque lo considera muy cercano al gobierno kirchnerista, al que él siempre se opuso.
Pero no le cerró la puerta al nuevo sector antimoyanista. "Caló, en los próximos 60 días, tiene que asumir la responsabilidad con el resto de los sindicatos, de que la señora [por Cristina Kirchner] nos escuche, nos atienda y luego nos traiga la respuesta al seno del movimiento obrero."
Además, refutó los argumentos del moyanismo sobre la intervención del Gobierno en la interna sindical. "No digan ahora que el Ministerio de Trabajo se inmiscuye, siempre se ha inmiscuido", dijo, al minimizar las denuncias del jefe camionero.
