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16/07/2012 El Cronista Comercial - Nota - Sup. Management - Pág. 8

Hallan el gen del nuevo liderazgo sindical

La feroz interna en la Confederación General del Trabajo relanzó el debate sobre la necesidad de cambiar el modelo de conducción gremial y de management de los sindicatos. El diálogo, la instrucción legal y la democratización del sector son temas emergentes que incluso ya se dictan en cursos oficiales para aprender a ser "buen gremialista".

Se agotó la forma de conducir de Moyano”.

La frase fue pronunciada por Ricardo Pignanelli, secretario General de Smata, durante la interna por las elecciones en la CGT, pero, más allá del contexto y la coyuntura, la revelación sacó a la luz un debate que está calando hondo en el movimiento obrero: la necesidad de cambiar los “genes” de los líderes sindicales. “Muchas veces, los compañeros intentaron hacerle ver que se estaba manejando mal y no aceptó el consejo”, completó Pignanelli.

En las empresas, el Ministerio de Trabajo, entre afiliados, delegados y dirigentes gremiales lo saben: hay que transformar el management sindical. ¿Pero qué atributos debe tener el nuevo líder? ¿Qué ideales debe perseguir? ¿Qué rol debe tener? El pasado no era mejor Los primeros indicios surgen de los mismos pares del titular de Camioneros, en sindicatos nucleados en la CTA, en los despachos de los directores de Recursos Humanos de empresas grandes e, incluso, tras las paredes del Ministerio de Trabajo, que fomenta cursos y seminarios para líderes gremiales. En resumen, parecieran recomendar hacer exactamente lo contrario a lo que hace Moyano: democratizar en vez de centralizar; escuchar y no prepotear; fomentar la inclusión de delegados que representen a las generaciones más chicas; y capacitarse, entre otras muchas cosas.

“Antes, un sindicato se dirigía desde atrás de un escritorio, con dos líneas de teléfono y 10 tipos que iban y venían. Ese esquema no funciona más”, advirtió el profesor Ricardo Gringras, coordinador del departamento de Formación Sindical del ministerio de Trabajo. La oficina se encarga de firmar convenios con gremios para capacitar a los nuevos líderes sindicales del futuro.

Unos 23.000 delegados ya recibieron capacitación, en especial sobre temas legales, pero también sobre “cómo trabajar en equipo, negociación, liderazgo y oratoria”, una especie de coaching ontológico de estirpe obrera.

Gringras asegura que “el liderazgo sindical cambia, porque el escenario también lo hizo: hoy tenemos negociaciones colectivas todos los años, más conflictividad y mayor exigencia de 'servicios' por parte de los trabajadores”. El profesor de Historia cuenta que hasta las mismas empresas piden que la cartera laboral organice estos cursos: “En una importante compañía, nos pidieron hacer un curso porque dijeron que si no les paraban la planta ante cualquier reclamo".

Escuchar antes de hablar El funcionario habló a principios de mes en el congreso anual de la Asociación de Recursos Humanos (Adrha), en donde otros dirigentes intentaron descifrar el gen del nuevo liderazgo sindical.

Uno de ellos fue María Paula Marconi, secretaria General de Atcpea, que agrupa a los tripulantes de cabina de las aerolíneas LAN, Sol y Andes.

“Saber escuchar es la principal virtud del nuevo líder sindical, escuchar las peticiones del empleado, pero también entender las razones de las empresas. Escuchar significa por ejemplo entender a la Generación Y, que plantea nuevos desafíos para la dirigencia, porque sus pedidos no tienen nada que ver con los del resto. El líder tiene que pensar, primero, como afiliado y, después, como dirigente”, recomendó.

A diferencia de las posiciones poco conciliadoras por la que acusan a Moyano, Marconi afirmó que el líder actual “entiende que la empresa no es el enemigo, que su éxito y del colectivo dependen del éxito y de los resultados de la empresa”.

Colectivo democrático Pedro Wasiejko, secretario General del Sindicato de Trabajadores del Neumático (Sutna), fue otro de los marcó la necesidad de superar el modelo moyanista de conducción.

Sin criticarlo en forma directa, resaltó la importancia de la democracia en un sindicato.

Entre los años ‘60 y 1985, el Sutna mantuvo una sola lista en la conducción, pero desde entonces, en las elecciones se presentan dos o tres candidatos, y la conducción cambió cuatro veces de manos. “La democracia es clave en un sindicato moderno y ésta se ejerce de diversa manera. Los plebiscitos, por ejemplo, son claves: no firmamos nada a espaldas de la gente, todo se resuelve en una asamblea”.

“Hay que innovar en el liderazgo, y para eso la cuestión humana es fundamental; sin ella, no se puede ejercerlo”, explica, y asegura que “el costado democrático también se da en la relación con las empresas y entre trabajadores”. Cita el caso del fabricante de neumáticos Bridgestone, con la que en varias oportunidades el personal aceptó privilegiar las fuentes de trabajo por sobre la exigencia salarial y de esa forma logró acordar un reparto de ganancias de la empresa al personal cuando la situación mejoró.


Más conflictos

El creciente interés del oficialismo por educar a los nuevos dirigentes y delegados gremiales se enmarca en un contexto de mayor y más grave conflictividad.

Según el ministerio de Trabajo, en 2011, hubo 962 conflictos con paros, el número más alto de la serie, que comienza en 2006. En el año de la “sintonía fina”, en sólo medio año, se llegó al 60% de la cifra.


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