El gobierno de Brasil implementará medidas de calidad en once aeropuertos que atenderán la demanda de pasajeros durante el Mundial de Fútbol-2014 y permanecerán bajo gestión de Infraero.
Con el asesoramiento de la Cámara de Políticas de Gestión, que encabeza el empresario Jorge Gerdau, se definieron acciones para reducir en hasta 50% el tiempo de espera para hacer check-in, control de migración y restitución del equipaje.
Después de un proyectopiloto en el aeropuerto de Guarulhos, transferido recientemente al sector privado, Galeao y Confins son los primeros terminales que trabajan con metas de eficiencia operativa. “Esas acciones aumentarán mucho la productividad de los aeropuertos”, afirmó a Valor el ministro jefe de la Secretaría de Aviación Civil (SAC), Wagner Bittencourt, responsable por la ejecución de la iniciativa.
Hasta diciembre de 2013, todos los aeropuertos localizados en ciudades sedes del Mundial tendrán metas de eficacia operativa.
Congonhas, Santos Dumont y Fortaleza se contemplarán en la próxima etapa. Luego, habrá metas para Curitiba, Salvador y Porto Alegre. Por último, el proyecto llegará a Recife, Manaos y Cuiabá. Las metas toman como referencia parámetros definidos por Iata, la asociación internacional de empresas aéreas, por la Organización de Aviación Civil Internacional (Oaci) y por Infraero.
El objetivo es que sean atendidos dentro del “tiempo aceptable” el 90% de los pasajeros y 95% dentro del “tiempo deseado”, aunque no habrá castigo en caso de eventual falta de cumplimiento de las metas. En el check-in, por ejemplo, las metas son de hasta 12 minutos para el “aceptable” y de hasta 30 minutos para el “deseado”.
En los procedimientos de migración, los intervalos son de hasta 7 y 15 minutos, respectivamente. Para la restitución del equipaje, de 25 a 40 minutos.
“Eso puede llevar a una cadena de ganancias de productividad, con transferencia de conocimiento entre los aeropuertos de la red”, dijo el ministro.
Según Bittencourt, fiscales de la Agencia Nacional de Aviación Civil (Anac) permanecerán 24 horas dentro de las terminales para ayudar a los pasajeros y fiscalizar los procedimientos.
“Problemas habrá siempre, pero lo importante es que tengamos capacidad de articulación para resolverlos rápidamente”, afirmó.
Dependiendo del aeropuerto varían los indicadores fijados, como en Congonhas y Santos Dumont, donde la mayoría de los pasajeros viaja por negocios y exige más agilidad. En los cuatro aeropuertos concedidos a la iniciativa privada –Guarulhos, Viracopos, Brasilia y Sao Goncalo do Amarante–, se incluyeron metas de calidad en los contratos.
A diferencia de lo que ocurre en las terminales de Infraero, las concesionarias privadas pagan un precio o multa si no alcanzan el desempeño previsto.
En caso de no llegar a esa performance, disminuye el reajuste anual de tarifas al que tienen derecho. Resultados preliminares de la puesta en funcionamiento del proyecto en Confins demuestran ganancias de hasta 60%. En el control migratorio, se relocalizaron los puestos de atención, con un aumento del área de 160 metros cuadrados para el desembarque internacional.
La organización también cambió para organizar mejor el flujo de pasajeros. Los cambios en el control de acceso e inspección de pasajeros del embarque doméstico redujeron el tiempo de espera en la fila de aproximadamente tres minutos a uno. En el embarque internacional, el tiempo de espera bajó de siete a cinco minutos, y en el internacional, los pasajeros esperaban cinco minutos para la inspección aduanera, pero ahora aguardan dos minutos.
El escenario trazado en una reciente auditoría del Tribunal de Cuentas del Estado (TCU) mostró el tamaño del problema en los aeropuertos. Las fragilidades van más allá de la falta de confort para el pasajero e involucran el tema de la seguridad.
Entre 2003 y 2011, mientras el número de viajeros crecía a tasas de dos dígitos casi todos los años, la cantidad de empleados del Fisco trabajando en el control aduanero cayó 29% en el Galeao y 9% en Guarulhos.
A partir de 2008, la Policía comenzó a utilizar empleados tercerizados para el control de pasajeros.
