Los manifestantes exigieron justicia, seguridad y cambios en la economía; apuntaron contra Boudou y Reposo.
Pese al intenso frío de anoche, miles de personas llevaron sus reclamos, cacerolas y pancartas hasta la Plaza de Mayo.
Con las cacerolas abolladas como símbolo de la indignación, alrededor de 6000 personas se movilizaron anoche a la Plaza de Mayo. Lejos de llegar con una consigna definida, los reclamos fueron tantos como las banderas y los carteles que se arrimaron al vallado que rodeó la Casa Rosada: el fin de la corrupción, de la inseguridad, de las restricciones cambiarias o, a secas, del modelo económico kirchnerista, así como el pedido por una justicia independiente, el respeto de las instituciones y la búsqueda de consensos, entre muchos otros.
En una de las noches más frías del año, algunos manifestantes focalizaron su repudio directamente en la figura de la Presidenta y los funcionarios más cuestionados por estos días, como el vicepresidente Amado Boudou, el senador Aníbal Fernández o el postulante kirchnerista a la Procuración General de la Nación, Daniel Reposo. Otros pidieron justicia por casos puntuales, como la tragedia ferroviaria de Once. El de ayer fue el tercer cacerolazo contra la Presidenta en menos de una semana y el más convocante.
"La luna de miel se acabó. Con la explosión de este falso modelo económico quedó en evidencia la falta de diálogo, de honestidad, de instituciones", exclamó Fernán Rodrigué, un veterinario que, ante cada consulta, aclaró que no estaba allí "ni por el campo ni por los dólares". Insistió en la corrupción: "Cada vez son más evidentes los negociados".
En lugar de discursos encendidos, algunos optaron por el ingenio. Lisandro, un estudiante de 22 años, se convirtió en el "Señor Dólar": redoblante en mano, llegó con el cuerpo forrado en dólares y el rostro envuelto en una bufanda celeste y blanca. No eran los únicos billetes en danza: hubo dólares con el rostro de Cristina Kirchner y la leyenda, en el dorso, "Aníbal miente", en alusión al senador Fernández, que declaró su "antojo" por ahorrar en moneda estadounidense. No faltaron billetes de "cien boudoues", con el rostro del vicepresidente, en alusión al affaire Ciccone.
"Nos pareció mejor buscar alternativas creativas, sobre todo después de las agresiones a los periodistas de 6,7,8 ", explicaba Lisandro. Anoche no se registraron incidentes, aunque un movilero del programa Duro de domar debió lidiar con insultos de algunos manifestantes. Equipados con guantes, gorros, botas, sobretodos y camperas, parte de los manifestantes se convocaron por las redes sociales a las 19.30, en la plaza. El grueso, sin embargo, arribó a las 20.50, tras juntarse en Callao y Santa Fe. Se decidieron a marchar hacia la Casa Rosada cuando se confirmó la cancelación de una contramarcha kirchnerista.
"Cristina, devuelvan el país. El voto no da impunidad a la estafa moral ni el vaciamiento económico", decía la bandera que encabezaba la columna, que ingresó por Diagonal Norte. "Si éste no es el pueblo, el pueblo dónde está", los recibieron en la plaza.
"Vengo a reclamar por justicia, para que podamos comprar dólares con el dinero de nuestro trabajo", dijo Cristina Pitta, de 31 años, de El Soberbio, Misiones, pero que actualmente vive en Recoleta. "Yo estoy pagando mi casa en dólares y ahora no puedo comprar en el mercado legal."
"Hasta AK llegaron", decía el cartel de Sergio Koltan, que se mostró preocupado por la justicia y la inflación, pero más aún por las "divisiones que generó el Gobierno en la sociedad".
"Reniego también de la oposición, porque no existe. Lo que ves en esta plaza es lo poco que hay", se resignaba Diego Wasco. "Y a estos ladrones, ineptos, mentirosos, Boudou, Reposo, que se vayan", continuó, con la vista fija en la Casa Rosada. Allí, una hora más tarde, el vocero presidencial, Alfredo Scoccimarro, sin mencionar palabra alguna del cacerolazo, anunció la renuncia de Reposo.
