La conflictividad social dejó su huella en las narices de la Casa Rosada. Hasta allí llegó la movilización del ala disidente de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), que hizo ayer un paro nacional con más de 100 cortes de rutas en todo el país en reclamo de mejoras salariales y reformas tributarias.
La protesta convocada por la CTA que encabeza Pablo Micheli logró el respaldo testimonial de la CGT de Hugo Moyano . Con reclamos similares, los referentes sindicales ya se comprometieron a una marcha en conjunto para llevar sus exigencias a la calle. La medida sería al final de este mes, probablemente, en la Plaza de Mayo, o después de las elecciones de la CGT, previstas para el 12 de julio.
El acercamiento, incluso, podría hacer coincidir las firmas de los dos referentes gremiales en un documento que presentarían ante el Inadi por considerar discriminatorio que miles de trabajadores estén excluidos del cobro de las asignaciones familiares.
"Se habló mucho de que por ahí con Moyano íbamos a marchar juntos. Esta CTA jamás en la vida le dio la espalda a un paro o a una movilización que haya hecho alguna otra organización. Hay que construir la unidad en la calle y en la lucha", entonó Micheli, subido a un improvisado escenario que le daba la espalda a la Casa de Gobierno.
Las puertas quedaron así abiertas para un posible acuerdo entre las centrales obreras. Moyano llamó ayer por teléfono a Micheli y le comunicó su apoyo, según pudo reconstruir LA NACION con fuentes de ambos sectores. Se comprometieron a volver a charlar en los próximos días para activar un reclamo en tropa.
"La CGT se solidariza con la protesta convocada por la CTA. Su reclamo por mejoras salariales es también nuestro. Estamos totalmente de acuerdo con este justo pedido", expresó Moyano en un comunicado que también fue firmado por el dirigente Julio Piumato, secretario de Derechos Humanos de la sede de Azopardo 802.
La CTA exigió ayer beneficios puntuales: elevar el salario mínimo de 2300 a 5000 pesos; negociaciones paritarias sin piso ni techo; eliminar el impuesto a las ganancias, y que las jubilaciones y los planes sociales alcancen los 5000 pesos.
Adhirieron a estos pedidos con su presencia miles de manifestantes de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), militantes de las agrupaciones Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa (CCC), y de diferentes organizaciones de izquierda. También avalaron la protesta sindical referentes políticos del Frente Amplio Progresista, Proyecto Sur, Partido Obrero y la Coalición Cívica.
"Este gobierno nos quiere vender gato por liebre. También tiene un relato para las protestas. Dice que las movilizaciones son de las patronales del campo por el aumento de impuestos o de los que no pueden comprar dólares. Pero no es así: la nuestra es una protesta popular y social, por mejoras de salarios y para terminar con la pobreza", dijo Daniel Menéndez, referente de Barrios de Pie.
Otro de los oradores centrales fue el coordinador nacional de la CCC, Amancay "Chiquito" Ardura. "Siempre los de abajo son la variable de ajuste, por eso nos ponen límites a los aumentos salariales.Ya no se soporta más la inflación y por eso salimos a la calle", señaló.
En el final, antes de la caída del sol, Micheli cerró con su discurso la manifestación en la Plaza de Mayo. Dijo que se movilizaron 500.000 personas en todo el país y argumentó las razones de haber hecho la protesta. "No fue porque empezaron a sonar algunas cacerolas ni por lo del dólar. Repudiamos esta política económica: ocho de cada diez argentinos cobran menos de 5000 pesos y tres de cada diez son pobres", justificó el referente de la CTA.
Corte en Avellaneda
En un día de cortes en todo el país y de caos de tránsito, el momento de mayor nerviosismo de la jornada se vivió cuando efectivos de la Gendarmería Nacional impidieron el acceso de los manifestantes al puente Pueyrredón. Pero después de un par de horas guiadas por la tensión, los militantes burlaron la seguridad y lograron cortar la vía. Más allá de los empujones, no se registraron enfrentamientos importantes.
Desde Avellaneda, las columnas de militantes marcharon hacia el corazón de la Plaza de Mayo, donde los esperaba el grueso de la manifestación. Allí, las voces se unieron en un mismo reclamo.
ABAL MEDINA CRITICÓ LA MOVILIZACIÓN SINDICAL
El jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, rechazó ayer enérgicamente los cortes en los principales accesos a la ciudad que realizaron los manifestantes del grupo disidente de la CTA. "Rechazamos el intento de algunos sectores marginales que lo único que lograron fue provocar molestias y trastornos a los millones de ciudadanos que ingresaban a la ciudad", dijo Abal Medina a Télam. El funcionario agregó: "Aún no comprendieron que esas metodologías de protesta son parte del pasado. En estos meses, los principales sindicatos han cerrado aumentos salariales a través de paritarias, sin molestar al resto de la sociedad".
