Después del paro nacional del transporte de caudales, Hugo Moyano se prepara para activar medidas de fuerza sorpresivas para los próximos días y endurece su postura en plena discusión salarial.
El secretario de prensa del sindicato de Camioneros, Hugo Pistone, ayer sostuvo que permanecen en estado de alerta y evalúan los pasos a seguir. "Tenemos que ver qué haremos el lunes y el martes", afirmó, al dejar latente la posibilidad concreta de más huelgas.
Enfrentado con la Casa Rosada, el líder de la CGT comenzó a mostrar su poder de fuego con acciones concretas. El paro de anteayer generó malestar social y largas colas en los cajeros automáticos por temor al desabastecimiento durante el fin de semana. Las próximas medidas se extenderían al transporte de combustibles y de mercaderías.
"Ya la semana pasada dijimos que íbamos a tomar paros sorpresivos según la rama", aclaró Pistone en declaraciones a FM Milenium.
Está previsto que el jueves se vuelvan a ver las caras los representantes sindicales y la patronal en el marco de las negociaciones paritarias. Aunque la reunión podría adelantarse si aumenta la tensión del conflicto.
El último encuentro plasmó las diferencias: mientras que el gremio reclama un aumento salarial del 30% y una suma fija de entre 3000 y 4000 pesos para compensar el efecto del impuesto a las ganancias, la parte empresaria ofreció un incremento del 18%.
El Gobierno se alista para una discusión espinosa y mide los tiempos. Si bien la Federación Argentina de Transportadores de Cargas (Fadeac) solicitó anteayer que se dicte la conciliación obligatoria, el Ministerio de Trabajo, encabezado por Carlos Tomada, rechazó el pedido. Sólo el ministro del Interior, Florencio Randazzo, criticó la huelga al decir que en "nada contribuye" y pidió "racionalidad".
De fondo, una clave para destrabar el frente de batalla con Camioneros es la exigencia de la rebaja del impuesto a las ganancias, eje discursivo de Moyano. Ayer, Pistone tildó el tributo de "absurdo" porque, según su visión, genera que los choferes "trabajen hasta el tope que marca para no entrar en el impuesto y el resto lo cobren en negro".
Puja de poder
Hasta ahora, la Presidenta apostó a conceder la modificación impositiva después de la renovación de autoridades en la CGT, pautada para el 12 de julio, según dijeron altas fuentes oficiales a LA NACION. Siguió una lógica política simple: otorgar Ganancias antes de las elecciones del movimiento obrero podría ser leído como un triunfo de Moyano.
Como todos los años, el equipo económico ya le elevó un informe con tres cálculos de reducción diferente para que Cristina Kirchner, finalmente, defina la cifra oficial. La última vez, la rebaja fue de 20%. No hay pistas certeras de cuándo se anunciaría la actualización del impuesto.
Negociación difícil
Origen del conflicto: el sindicato de camioneros reclama un aumento salarial de 30% y una cifra fija de entre 3000 y 4000 pesos para compensar el impuesto a las ganancias.
Oferta empresaria: propusieron un incremento de 18% y eso desató la fuerte reacción gremial, con un paro del transporte de caudales. La cámara del sector pidió conciliación, pero el Ministerio de Trabajo la rechazó.
Más protestas: Moyano amenaza con extender las huelgas sorpresa a otras ramas, como el transporte de combustibles y mercaderías.
Gobierno en alerta: observa con preocupación la dinámica del conflicto. No está dispuesto a conceder la reducción del piso del impuesto a las ganancias, una exigencia clave del camionero, hasta después de las elecciones de la CGT.
