Vuelos de cabotaje desviados hacia el aeropuerto de Ezeiza, demoras de hasta tres horas en las partidas y algunas cancelaciones fueron la consecuencia de una medida de fuerza no oficial tomada ayer por controladores aéreos del aeroparque Jorge Newbery, en apoyo a trabajadores de las torres de control de esa aeroestación y de la de Córdoba, que fueron separados de sus funciones el lunes pasado.
Según informaron fuentes de Aerolíneas Argentinas, las complicaciones y demoras en Aeroparque se debieron a que los operadores extendieron "más que de costumbre" los tiempos entre aterrizajes y despegues. En ese sentido, a través de un comunicado, la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), informó que el 20% de los vuelos debieron ser reprogramados.
El secretario general de la Asociación de Técnicos y Empleados de Protección y Seguridad a la Aeronavegación (Atepsa), Omar Torres, dijo a LA NACION que no existen medidas de fuerza declaradas oficialmente sino operaciones de "un grupo de controladores que han provocado los retrasos en el arribo y partida de los vuelos", protesta que rechazada por el gremio.
Por su parte, la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA) manifestó su solidaridad con los trabajadores desplazados.
"Consideramos que no hay razón alguna para adoptar semejante medida, ni en lo laboral ni en lo profesional", expresó el parte firmado por el secretario general del gremio, Ricardo Cirielli.
El sindicalista sostuvo que su gremio repudia las sanciones aplicadas a los empleados por considerarlas "arbitrarias y discriminatorias".
"Estas medidas atentan directamente contra los derechos de los trabajadores, son procedimientos abiertamente dictatoriales y ominosos, persiguiendo y castigando a los trabajadores", sentenció Cirielli.
