Los hombres de negocios interpretan que el clima se distendió levemente. Mantienen, sin embargo, la preocupación por una eventual escalada.
Los empresarios respiraron aliviados ayer, cuando el titular de la CGT, Hugo Moyano, anunció que desactivaba el bloqueo a la distribución de combustibles. El paro iniciado el martes por el gremio de Camioneros estaba previsto que finalizara hoy, pero el tenor que alcanzó la pelea del líder cegetista con el Gobierno pronosticaba la extensión del conflicto y el comienzo de problemas de abastecimientos en la mayoría de los sectores.
Finalmente, el dirigente decidió poner paños fríos y evitar un mayor desgaste frente a la sociedad.
Esta actitud fue bien vista por el establishment, que si bien mostró preocupación por el paro nacional convocado para el miércoles y por la escalada que pueda surgir a raíz de la falta de respuestas por parte del Gobierno, consideró que Moyano hizo un “gesto”.
Desde la UIA, interpretaron que Moyano “se fue de boca” en las declaraciones televisivas realizadas el miércoles a la noche, que “asustaba en lugar de sumar adhesiones” y que “se dio cuenta y optó por una salida elegante”, al levantar el paro, manifestó uno de los miembros del comité ejecutivo.
La lectura que realizaron los industriales, y que fue compartida por referentes de otros sectores, es que el líder camionero reaccionó de que se estaba poniendo a toda la sociedad en contra y que por eso bajó los decibeles en la protesta.
El titular de la Federación de la Industria Licorista y tesorero de la Copal, Guillermo Padilla, coincidió en que haber suspendido el paro “es una muy buena señal”.
“Pareciera que hubo un poco de racionalidad, que hasta anoche –por el miércoles– no se veía. La situación estaba entrando en un camino riesgoso”, señaló el empresario del sector de bebidas. A su vez, consideró que el paro decretado para la semana próxima “fue para generar un plazo razonable de diálogo”.
Desde la Confederación General Económica (CGE), su titular, Guillermo Gómez Galizia, sostuvo que la economía está en una situación especial y que “no tienen –los camioneros– por qué perjudicar a la gente”. “Respetamos el derecho a huelga, pero me parece que hay que insistir en el diálogo”, enfatizó.
Muy duro se mostró el titular de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), Carlos de la Vega, quien repudió la actitud del gremio que lidera Moyano, ya que “no hace más que ratificar lo que hizo durante todos estos años: imponer por la fuerza y con actitudes que desconocen la legislación vigente lo que no logra mediante la negociación”.
El empresario adjudicó el levantamiento del paro de combustibles a que “seguramente comprendieron que la sociedad repudiaba esa actitud”, pero consideró que seguirá la fuerte pelea con el Gobierno.
Por su parte, el presidente de Shell, Juan José Aranguren, aseguró que “estamos ante la presencia de un conflicto más político que gremial” y que “la esencia de la política es construir puentes, no destruirlos”.
Desde AEA también analizaron las medidas de Camioneros con mucha preocupación.
Buscan acuerdo con líneas aéreas
Los vuelos de cabotaje en el aeroparque Jorge Newbery volvieron ayer a operar con demoras a raíz del trabajo a reglamento de los controladores aéreos, mientras el Gobierno –a través del ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo– acordó un “trabajo conjunto” con las compañías aéreas para evitar “molestias” a los pasajeros. La Administración Nacional de Aviación Civil informó que 20% de los vuelos de la terminal aérea porteña debieron ser reprogramados y precisó que servicios de Aerolíneas Argentina y Austral con destino a Bariloche, Córdoba, Montevideo, Santiago de Chile y Mendoza fueron derivados a Ezeiza.
