buscador

08/03/2012 La Nación

La Presidenta no quiso pagar más costo político

Le preocupa la caída en encuestas de imagen; le dejó a De Vido el control de Transporte.

La decisión de relevar a Juan Pablo Schiavi de la Secretaría de Transporte se definió anteanoche, a última hora en la Casa Rosada. En una tensa reunión, la presidenta Cristina Kirchner instó al ministro de Planificación, Julio De Vido, a desplazar a Schiavi o a cargar, él mismo, con toda la responsabilidad de la crisis ferroviaria.

Pero le concedió una gracia no menor: le permitió a De Vido nombrar al sucesor: Alejandro Ramos. La principal obsesión del ministro era retener el control del área estratégica de Transporte.
En los últimos meses, De Vido venía perdiendo terreno a manos de La Cámpora y de Guillermo Moreno. Temió que la salida de Schiavi profundizara su propio vaciamiento. Y por ello lo defendió hasta el final. Todo eso se habló a solas con la Presidenta, según confiaron a LA NACION altas fuentes del Gobierno.
Cristina Kirchner le transmitió a su ministro que ella no estaba dispuesta a seguir pagando el costo político de la falta de soluciones para las víctimas de la tragedia de Once, que el 22 de febrero causó 51 muertos y 700 heridos.
La caída fulminante de 10 puntos en algunas encuestas de popularidad irritó a todo el entorno presidencial.
En ese clima de nerviosismo oficial, Máximo Kirchner, hijo de la Presidenta, y Carlos Zannini, secretario de Legal y Técnica, fueron quienes más presionaron sobre Cristina Kirchner para echar a Schiavi, indicaron las fuentes del Gobierno.
"Las víctimas del Sarmiento son de nuestra base electoral", dicen en Balcarce 50. "La cabeza de Schiavi da algo de oxígeno", agregan.
La Presidenta actuó al revés de su estilo. Siempre respalda a sus funcionarios cuestionados para no admitir culpas. Pero la magnitud de esta crisis le hizo cambiar de posición.
"Hay que hacerlo ahora que está el problema de salud de Schiavi. Se puede ir con una excusa perfecta", razonaron en el Gobierno. Schiavi tiene prescripción médica para trabajar menos. Pero la decisión fue política.

El futuro de TBA
Con Ramos, la política de transportes será la misma y la relación con el Grupo Cirigliano, de TBA, concesionario del Sarmiento, seguirá igual, según aseguraron a LA NACION en el Gobierno.
En Balcarce 50, varios funcionarios comienzan a sugerir que Cristina Kirchner no tiene la decisión tomada de rescindir la concesión de las líneas Sarmiento y Mitre al Grupo Cirigliano. Zannini lo impulsa, pero De Vido no.
Si la crisis del ferrocarril Sarmiento se diluye y no registra rápidas resoluciones judiciales, TBA continuaría al frente de esas líneas férreas.
Otro funcionario del área presidencial señaló obstáculos reales: "¿Cómo hacemos para declarar culpable a Cirigliano en los trenes y decir que es bueno en el Grupo Plaza (transporte automotor de pasajeros), los conversores digitales o la importación de gas desde Qatar?"
De Vido sostenía a Schiavi para no ceder esa área clave a sus rivales políticos internos, La Cámpora y Moreno, que ya le ocuparon otras áreas: combustibles, Enarsa, el Correo, Arsat, Enargas y el ENRE, entre otras.
Para De Vido, era el nombre justo. Ramos ha sido mimado del ministro de Planificación por el reparto de las obras públicas para su municipio. Y se lo considera un hombre leal.
"A Ramos lo nombró la Presidenta; ella elige sus funcionarios. Pero trabajó mucho con nosotros", dijeron a LA NACION cerca de De Vido.


D'Onofrio 158 - (1702) Ciudadela - Buenos Aires - Argentina, Teléfono: +54 011 4653 3016/19
aviones@aviones.com
cartel_apta