El martes por la noche lo llamó el ministro Julio De Vido. “Venite a Buenos Aires que tengo una oferta que no vas a poder rechazar”, escuchó del otro lado de la línea el intendente de Granadero Baigorria, Alejandro Ramos. En la mañana de ayer, luego de aceptar el cargo de Secretario de Transporte, el jefe comunal santafecino se subió a un helicóptero que lo llevó a la Quinta de Olivos para ver, por primera vez en su vida, cara a cara a Cristina Fernández de Kirchner. En una reunión de minutos, la Presidenta le pidió “honestidad y 24 horas de trabajo”.
Entre las primeras repercusiones por el nombramiento de este abogado de 36 años, sin pergaminos para mostrar en materia de Transporte, se destacó la de una de las figuras del kirchnerismo de su provincia. “Es un orgullo para el peronismo de la provincia de Santa Fe”, celebró el jefe del bloque K en Diputados, Agustín Rossi. Tanto él, como su hermano Alejandro, sonaron en la previa como posibles reemplazantes de Juan Pablo Schiavi.
Más allá de compartir los mismos pagos y caminar de la mano en la política, en Santa Fe emparentan a Ramos más con De Vido que con Rossi.
El flamante Secretario siempre fue peronista. Hay quienes recuerdan que Ramos es sobrino de un importante cuadro de la JP de los ‘70. Los que lo conocen, lo definen como un “pragmático y dialoguista”. A modo de ejemplo: accedió al municipio en 2007 con el guiño del ex gobernador Carlos Reutemann pero cuando estalló el conflicto con el campo al siguiente año, se mantuvo ajeno al cortocircuito entre el ex automovilista y el Gobierno. Ya llegando el final de la pelea con las entidades agrarias, tendió puentes con la Rosada. Y para ello le pidió ayuda a Rossi: con otros intendentes santafecinos, visitó el despacho del diputado K para solicitarle que sus municipios fueran incluidos en el Fondo de Redistribución Social.
A partir de ese momento, sobretodo cuando el kirchnerismo apuntó todos sus cañones a recuperar la provincia para el PJ, Ramos comenzó a cosechar una cada vez más estrecha relación con el ministro de Planificación. Si bien no se olvidó de Rossi, apenas lo recibió contadas veces en Granadero Baigorria en la campaña electoral con la que el kirchnerismo quería arrebatarle la provincia al socialismo.
No puede decirse que Ramos sea hoy un peso pesado del PJ local: apenas es el Secretario de Actas en el Consejo provincial. Pero iba en camino: fue reelecto el año pasado con más del 71%. Hasta dirigentes de otros partidos le reconocen que logró “una buena gestión”. Aseguran que se la debe a De Vido. “Le bajó el dinero que quiso para todas las obras”, reniegan en el socialismo.
