PARIS (dpa) - Casi 12 años después del accidente aéreo del Concorde en París, un tribunal de apelación en Versalles ha reabierto ayer el proceso por el siniestro y se espera que en las próximas semanas se esclarezca definitivamente quién fue responsable del mortal incidente. Cuando el jet, que podía superar la velocidad del sonido, se estrelló el 25 de julio de 2000, perdieron la vida 113 personas. En el primer proceso un tribunal atribuyó el 6 de diciembre de 2010 la culpa del siniestro a la compañía aérea, Continental Airlines, y a uno de sus trabajadores. Los jueces siguieron la teoría de que el jet pasó durante el despegue por encima de una lámina de titanio que se desprendió del aparato.
Este incidente provocó, en opinión de los investigadores del accidente, que reventara una rueda del Concorde. Partes del neumático salieron disparadas atravesando un tanque de combustible, tras lo cual queroseno que comenzó a filtrarse prendió fuego.
El trabajador que colocó la lámina de titanio fue condenado por homicidio imprudente a 15 meses en libertad condicional. Continental Airlines deberá pagar una multa de 200.000 euros, así como un millón de euros en indemnizaciones a Air France, aerolínea a la que pertenecía el avión.
El competidor estadounidense Continental, en cambio, continúa defendiendo la teoría de que el Concorde ya estaba en llamas antes de que el avión pasara por encima de la lámina. El abogado Olivier Metzner anunció ayer en Versalles que numerosos nuevos testigos pueden respaldar esta versión de los hechos. El abogado espera que el proceso de apelación se desarrolle de forma más transparente que el primer juicio.
Todos los demás acusados fueron absueltos entonces, entre ellos también tres ex trabajadores de la autoridad de aviación francesa DGAC y del fabricante del Concorde, Aérospatiale.
