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18/03/2012 La Nación

Moyano avanza con una alianza que lo incomoda

Ya comenzó a tender puentes con Barrionuevo y con Venegas.

El distanciamiento del kirchnerismo empujó a Hugo Moyano a una situación que lo incomoda: tender puentes con Luis Barrionuevo, un viejo adversario con el que ahora lo une un listado común de reclamos sindicales. El giro incluyó, también, un acercamiento a Gerónimo Venegas, su compinche en épocas de militancia en la juventud sindical marplatense.

Con ambos, el camionero restableció su vínculo con un propósito central: garantizarse su respaldo para retener el poder en la CGT en caso de una contienda electoral con el metalúrgico Antonio Caló.
Con el apoyo de varios sectores vinculados con el transporte y de un puñado de sindicatos pequeños, Moyano apuesta a sumar el aval de Venegas y de la tropa de casi 50 gremios que acompañan a Barrionuevo en la CGT Azul y Blanca.
Moyano y Barrionuevo retomaron el diálogo. Hubo conversaciones, y habrá muchas más. Por el momento no se conocerá públicamente una foto que retrate una alianza que aún no existe. Desde ambas orillas brotan ánimos de desconfianza. Al jefe camionero no lo termina de convencer el costo político que le puede traer a futuro la hipotética unión con un dirigente que se opone a la Casa Rosada y al que ligó ideológicamente "a la derecha".
El gastronómico, en cambio, sospecha de Moyano si es que realmente está dispuesto a ubicarse en la vereda de enfrente del Gobierno. "Si Moyano no sale a la calle y no lleva a la práctica lo que anunció en Huracán, no vamos a jugar con él", condicionó Barrionuevo.

Coincidencias con Venegas
Diferente es la situación con Venegas. El referente de los ruralistas es un amigo de larga data. Mantienen aún las tertulias, incluso, hasta compartieron alguna vez el palco en la cancha de Independiente.
Tomaron distintos caminos cuando Moyano se abrazó decidido al kirchnerismo y "Momo" conservó su apoyo al ex presidente Eduardo Duhalde. El jueves pasado firmaron conjuntamente un mensaje de homenaje a José Ignacio Rucci. Fue la primera escenificación pública para exhibir coincidencias y mostrar que el ruralista le garantizará su respaldo para continuar al frente de la CGT.
"No hubo un encuentro con Barrionuevo, pero sí charlas telefónicas. No está mal conversar con todos los sectores", justificó un moyanista de pura cepa.
Además de las coincidencias en los reclamos gremiales, el camionero tiene otra estrategia para sumar el aval de Barrionuevo. Muchos de los sindicatos que se fueron con el gastronómico dejaron de pagar las cuotas mensuales de la CGT. Habría unos 80 gremios en situación de morosidad. El moyanismo estaría dispuesto a eximir de los pagos a aquellos sindicatos que le brinden su apoyo en un eventual congreso para elegir las autoridades cegetistas.
Como están repartidas las cartas, toma fuerza la posibilidad de un enfrentamiento electoral entre Moyano y Caló. Avivaron la disputa distintos dirigentes que salieron a hacer público su apoyo. "El candidato debe representar a un interés colectivo, no importa que sea negro o rubio. Que no me vengan con que debe ser industrial por el momento del país", dijo a LA NACIÓN el moyanista Juan Carlos Schmid.

El candidato del Gobierno
El dirigente judicial Julio Piumato tuvo una opinión similar, aunque más tajante: "No se puede elegir al candidato que le gusta al Gobierno sino al que mejor represente a los trabajadores. Y ese es Moyano".
A Caló lo impulsaron el mecánico Ricardo Pignanelli y el taxista Omar Viviani, distanciado del jefe camionero tras la pelea con la Casa Rosada. "Me gusta, está capacitado para conducir la CGT", elogió Pignanelli al referente metalúrgico, que también contaría con el respaldo de "los Gordos" (representantes de los grandes gremios).
La unidad sindical parece ser una suerte de utopía. Llegar a julio con dos candidatos no sería lo ideal, afirmaron dirigentes de todas las líneas internas de la CGT. "Ir a una elección sería un caso excepcional. Significaría una señal de democratización inédita y reflejaría que el Gobierno no pudo intervenir con fuerza para imponer un único candidato. La fractura está latente", opinó Santiago Senén González, creador del Archivo del Sindicalismo Argentino de la Universidad Torcuato Di Tella.
El antecedente más cercano sobre una elección de secretario general que no se haya definido por acuerdo terminó con un quiebre, en 1989, entre la CGT Azopardo, conducida por Saúl Ubaldini, y la CGT San Martín, a cargo de Güerino Andreoni.

En voz alta
HUGO MOYANO
Secretario General de la CGT
- "Faltan muchas cosas por resolver. Se deben resolver en la forma más rápida; si no, va a traer consecuencias", en Mendoza, viernes 16
- "Hace rato que me di cuenta de que me quieren correr ", por TV, jueves 15
- "Estoy cansado de que me metan el perro", por TV, jueves 15
- "Siempre hemos peleado y vamos a seguir peleando", Mendoza, viernes 16

Pignanelli no sueña con la CGT
"No tengo ninguna ambición ni me quita el sueño ser secretario general de la CGT", dijo ayer el nuevo titular de Smata, Ricardo Pignanelli, que la noche anterior asumió su cargo rodeado de funcionarios kirchneristas. Consideró, además, que "es un error ponerle nombre y apellido a la CGT".


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