Quiere consensuar «cinco puntos» con Moyano y la CTA de Micheli para una huelga y marcha a la Plaza de Mayo.
La palabra «paro» comenzó a circular con fuerza entre los sectores sindicales más alejados al Gobierno. El criterio, como anticipó este diario, unifica históricos rivales de la CGT como Hugo Moyano, LuisBarrionuevo y Gerónimo Venegas, y el jefe de la CTA disidente, Pablo Micheli. La posible medida de fuerza, ideada para la segunda semana de abril, llevará como consigna el reclamo de «cinco puntos»: actualización del Impuesto a las Ganancias, paritarias sin techo, suba de asignaciones familiares, fondos para las obras sociales y la vigencia del 82% móvil para las jubilaciones.
Barrionuevo le confirmó a este diario que en los próximos días hará circular un documento con el detalle de los puntos demandados con vistas a una eventual protesta consensuada. Se trata de la pregonada «unidad en acción», la fórmula que encontraron sectores enfrentados del sindicalismo para llamarle la atención al Ejecutivo.
El jefe de los gastronómicos dijo que entre esta semana y principios de la próxima reunirá a los dirigentes de la CGT Azul y Blanca, que comanda, para disponer el llamado a una medida de fuerza, y que luego buscará acordar su modalidad con los otros sectores. «Vamos a hablar con Hugo, con Venegas y con Micheli», explicó.
La iniciativa contempla reformar una idea original de Micheli, de convocar a un paro nacional con movilización a la Plaza de Mayo, y atenuarla a un cese de actividades por 12 horas que tenga como eje central la marcha, después de Semana Santa.
Barrionuevo avanzó en esa estrategia con el medio centenar de gremios alineados con su CGT y también con sindicatos que atraviesan dificultades para negociar sus paritarias. En concreto, la Unión Tranviarios Automotor (UTA) y los gremios ferroviarios, capitaneados por Omar Maturano, jefe de los maquinistas de La Fraternidad.
El secretario general de la UTA, Roberto Fernández, realizó la semana pasada un paro del transporte de larga distancia que desoyó la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo. Se trata de un anticipo de la pelea central del gremio, que prevé dar a la hora de discutir el aumento salarial para los choferes de colectivos urbanos. Fernández, un dirigente que alejó la UTA del entorno de Moyano -adonde lo mantenía su antecesor, el fallecido Juan Manuel Palacios- les confesó a sus colaboradores que en el congreso de la CGT apoyará la reelección del camionero.
Un temperamento similar aplicará Maturano, que también avizora dificultades para cerrar la paritaria de los ferroviarios. En este caso, el pedido de aumento es del 30% y sólo bajará al 25% en caso de que el Gobierno resuelva una morigeración fuerte del Impuesto a las Ganancias. Otro factor de unidad entre ambos gremios del transporte es el desconocimiento acerca de con quién deberán negociar los incrementos: hasta ahora lo hacían directamente con el Gobierno a través de los subsidios, pero la iniciativa oficial de reducir esos aportes sólo llevó incertidumbre al sector sindical.
También en el sector aeronáutico Barrionuevo espera contar con adhesiones a una eventual protesta. En particular de parte de Ricardo Cirielli, jefe de los técnicos aeronáuticos, que reporta a la CGT Azul y Blanca. También asegura el gastronómico que convencerá al líder de los pilotos, Jorge Pérez Tamayo, un sindicalista alineado con Moyano y que cuestionó cada vez que pudo la gestión de Mariano Recalde, de La Cámpora, al frente de Aerolíneas Argentinas.
En otra vereda, Micheli adelantó su intención de sumarse a una posible protesta de alcance nacional. De hecho, la semana pasada anunció que llamará a un paro nacional e invitó a Moyano a participar. En diálogo con este diario, el estatal dijo, sin embargo, que su integración responderá sólo al criterio de «unidad en acción».
Respecto del documento de los «cinco puntos», el eje será rechazar un techo a las negociaciones salariales como el que sugirió el Gobierno, en torno del 18%, y exigir subas en el rango de entre 25% y 30%. En orden de importancia para los gremios seguirá el reclamo por un aumento en la distribución de recursos para las obras sociales y la eventual liberación del Fondo Solidario de Redistribución, que acumula más de 13 mil millones de pesos y que la AFIP recaudó entre las propias organizaciones de salud sindicales en los últimos años.
Otro reclamo que cuenta con consenso casi absoluto en la CGT y la CTA es el de Ganancias. El Gobierno hasta ahora dio a entender que modificará en 20% el mínimo no imponible, un cambio que resultaría insuficiente para la mayoría de los dirigentes consultados.
