Los aliados de Moyano le pidieron "un mandato más" en la CGT.
El agasajo al sindicalista Domingo Moreyra terminó en una suerte de operativo clamor para que Hugo Moyano renueve su liderazgo en la CGT. "Un mandato más, Hugo, uno más", lo animaban unos 50 gremialistas en el quincho del último piso de la sede de Azopardo 802.
Con la excusa de celebrar el cumpleaños del referente de la Federación Obrera Ceramista, Moyano reunió a sus aliados y se llevó un importante espaldarazo para trazar su estrategia de conservar el poder en la CGT. Es más, contaría con el inesperado respaldo del ferroviario Omar Maturano (La Fraternidad) y del municipal porteño Amadeo Genta, dos figuras relevantes que estuvieron presentes en el encuentro de moyanistas. Hasta ayer, ninguno de los dos dirigentes había dado señales de que apoyarían al camionero ante un eventual enfrentamiento en las urnas con el metalúrgico Antonio Caló.
Mientras se servía asado, gaseosas y vino Finca La Linda, Moyano aprovechó para convocar al consejo directivo de la CGT a la primera reunión del año, que será el martes próximo. Ese día se podría determinar que el 12 de julio se llamará al congreso cegetista para renovar autoridades. Además, según confirmó a LA NACION uno de los asistentes al ágape, se debatirá sobre los reclamos que la CGT le elevó en varias oportunidades al Gobierno: subir el umbral del mínimo no imponible al impuesto a las ganancias; universalizar las asignaciones familiares y activar un mecanismo de pago de la deuda que el Estado mantiene con las obras sociales sindicales. No se descarta, además, incluir en el orden del día un repaso a las negociaciones paritarias de cada sector.
"Se tratará la agenda de la CGT, los temas de siempre, los que comparte casi todo el movimiento obrero", dijo un moyanista, en un intento por alinear a más dirigentes al encuentro del martes próximo. Esa jornada podría marcar el regreso a la central del ruralista Gerónimo Venegas, o la de aquellos disidentes que no pisan la sede de Azopardo desde que se agudizó el enfrentamiento retórico entre el líder sindical y la Casa Rosada.
Otra apuesta a captar gremialistas que no suelen concurrir a la CGT es la convocatoria para la semana próxima a un acto para recordar la multitudinaria marcha sindical que encabezó Saúl Ubaldini el 30 de marzo de 1982 en contra de la dictadura militar de Leopoldo Galtieri. Dos días después de aquella protesta, que fue reprimida por la policía, se concretó el desembarco de tropas argentinas en las islas Malvinas.
Durante el asado de ayer, Moyano tomó la palabra para destacar la carrera sindical de Moreyra, un viejo aliado del Movimiento de los Trabajadores Argentinos y que fue detenido en tiempos de dictadura. Su discurso se apartó únicamente cuando llamó a asistir en masa a la reunión del consejo directivo del martes próximo.
Dudas sobre Caló
Puertas adentro del moyanismo, confían en que tienen garantizado el respaldo gremial para conservar el liderazgo de la CGT. Dudan sobre la posible candidatura de Antonio Caló o de otro dirigente opositor. "Al único secretario general de la CGT que el Gobierno no va a poder atar de manos es a Moyano", comentó con aires de deseos un moyanista.
Otro sindicalista reconoció los acercamientos con el ruralista Venegas y con el gastronómico Luis Barrionuevo, aunque negó que la alianza ya se haya cerrado. Hubo conversaciones, nada más. La intención es que no se parezca a un trato furtivo y exclusivo para triunfar en caso de una hipotética elección cegetista.
