Una reestructuración profunda del área, vigilancia estricta a las obras sociales sindicales y resultados concretos en 90 días. Esa fue la misión que le encargó la Presidenta a Liliana Korenfeld, la flamante gerente general de la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS). La santacruceña, referente de la cantera histórica del kirchnerismo, comenzó a concretar el plan en la estratégica Administración de Programas Especiales (APE) al desplazar anteayer a Christian Asorey, yerno de Hugo Moyano y responsable de la seguridad informática del organismo.
El primer enroque anticipa la lógica del nuevo organigrama: en reemplazo del echado Asorey, Korenfeld colocaría a su hijo Joel Lascano, que se desempeña en el PAMI. El joven estará al frente de la división de Sistemas y Tecnología, ahora sometida a una revisión interna por sospechas de irregularidades.
Cristina Kirchner busca reordenar un bastión de recursos millonarios salpicado por el avance de la causa judicial que investiga la adulteración de medicamentos. La APE distribuye $ 1100 millones anuales a los gremios para cubrir tratamientos médicos de alto costo. La reforma ordenada por la Presidenta prevé cambios en la APE y en la Superintendencia. Además, tras una propuesta desde el Ministerio de Desarrollo Social, se modificaría el Registro de Entidades de Medicina Prepaga.
En plena faena, hay un clima de intrigas cruzadas e incertidumbre. Todo arrancó con el nombramiento de Korenfeld. En lo formal, el superintendente Ricardo Bellagio tiene un rango superior, pero, por decreto presidencial, la mujer administra la caja y siempre tendrá la última palabra. Una ironía: Bellagio había intentado, sin éxito, colocar en el puesto a Mario Vicchio, gerente de Control Económico y Financiero de la Superintendencia.
No sorprendería, en el corto plazo, que Bellagio sea desplazado. La tensión entre él y Korenfeld quedó al descubierto cuando anteayer recorrieron juntos las oficinas de la APE. Con apenas dos intervenciones, la santacruceña marcó su territorio y demostró que es ella la que manda. Hasta tuvo un fuerte cruce con el moyanista Asorey. Tampoco es segura la continuidad de los tucumanos que ubicó en la APE el ministro de Salud, Juan Manzur; se trata del gerente Manuel Alves y de su ladero Angel Aragón. En medio de este berenjenal podría tener un ascenso Donato Spaccavento, actualmente gerente de prestaciones de la APE.
De hecho, la unción de Korenfeld es interpretada en la Casa Rosada como una virtual intervención al Ministerio de Salud. Una jugada similar ensayó Cristina Kirchner con la designación de Sergio Berni, un militar que acompañó el proyecto K desde Santa Cruz, como viceministro de la cartera de Seguridad que conduce Nilda Garré. Son enviados presidenciales para "reforzar" la gestión sin descabezar cúpulas.
Ex diputada nacional y ex titular de la Caja de Servicios Sociales santacruceña, Korenfeld arribó a la "Super", como se dice en la jerga de salud, con plenos poderes. "Solo ella firma y eso está retrasando los pagos", confió un habitual interlocutor con el ente. El objetivo que fijó la Presidenta es modernizar el sistema y darles mayor agilidad a los trámites. Incluso, se proyecta una mudanza para unificar en un mismo edificio a las oficinas de los organismos. "La APE son 2600 metros cuadrados, gente hacinada y expedientes amontonados", describió un hombre con despacho allí.
Más transparencia
Tras de la salida de Asorey, Korenfeld dispuso una auditoría interna para detectar irregularidades. Trabaja, en simultáneo, para implementar el uso de firmas digitales y la puesta en marcha de un sistema de trazabilidad que garantice un seguimiento on line de medicamentos y el pago de reintegros a los gremios.
En un reciente informe, la Auditoría General de la Nación (AGN) advirtió deficiencias en el funcionamiento de la APE entre 1999 y 2010. El organismo sostiene que las obras sociales sindicales no rindieron cuentas de 689 millones de pesos, entre otros detalles insólitos.
Desde la APE se está preparando la réplica. Identificaron los expedientes con errores, y aducen únicamente un "problema de tipeo o de almacenamiento de datos". Estas fallas forman parte de las razones por las que se removió a Asorey.
