El líder de la CGT juntó aliados para seguir al frente de la central y criticó a la Presidenta: "Nunca tuvo simpatía por los obreros", dijo.
El secretario general de la CGT, Hugo Moyano, redobló su embestida contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner mientras el candidato del Gobierno para sucederlo, Antonio Caló (UOM), lucha contra una interna en su gremio que pone en riesgo su postulación.
Moyano criticó duramente a la mandataria y dijo que "se victimiza permanentemente" por la muerte de su esposo Néstor Kirchner.
El líder camionero subrayó que "ella (por la mandataria) nunca tuvo simpatía con el movimiento obrero organizado" y manifestó que "parece el soviet, parece que estuviera sovietizado el Estado, y eso no puede ser así".
En tanto, por primera vez, en uno de los sectores enemistados con Moyano reconoció a PERFIL: "Si no hay consenso sobre quién será el próximo secretario general de la central, no habrá Congreso para elegir autoridades". La alternativa, entonces, será prorrogar el mandato de Moyano hasta que los popes logren un candidato de consenso. Es la primera señal de debilidad de los antimoyanistas.
Duelos. El líder de Camioneros habló sobre la muerte de su hijo Emiliano, ocurrida el 3 de noviembre pasado, y dijo: "Muchos se victimizan cuando han perdido un ser querido, como lo hace ella permanentemente. Ni quiero desearle el dolor que se pasa cuando uno pierde un hijo, por eso me duele muchísimo, no es una falta de respeto a mí, es una falta de respeto a mi hijo", afirmó. "Ella (por Fernández de Kirchner) se victimiza permanentemente, pero el dolor de los demás parece que no los viera", agregó el jefe de la CGT.
"¿Ella sólo siente dolor? ¿El resto no lo siente? ¿Perder un hijo no es sentir dolor? ¿La desgracia (del tren) de Once es una desgracia y esa gente no sufre? No es la única que sufre ella", la criticó.
La embestida del Gobierno y los enemigos sindicales de Moyano para correrlo del mando de la CGT comienza a debilitarse. Los "gordos", los "independientes" y moyanistas díscolos y los barrionuevistas coinciden en un mismo diagnóstico: Caló quiere ser candidato pero tiene muchas dificultades para ser el sucesor.
Los obstáculos del metalúrgico radican en la oposición de su propio gremio a su candidatura como jefe de la CGT. En la mítica UOM reina una lógica distinta a la del resto de los gremios. Está integrada por varios caciques, con poder territorial, y desde la muerte de Lorenzo Miguel carece de un poder individualizado. No tiene un Moyano ni un Cavalieri. Tiene varios. Caló, que representa a la seccional porteña, es uno de ellos. Otros, como Naldo Brunelli (San Nicolás), Juan Salinas (La Plata) o Juan Belén (Avellaneda), no están de acuerdo en que el secretario general de la UOM sea al mismo tiempo jefe de la CGT. "No puede tener los dos cargos, la conducción de la CGT no puede quedar identificada con la UOM –como sucede desde hace años con Camioneros. A la UOM no le conviene, no le conviene a la hora de negociar salarios, no le conviene políticamente", entienden los metalúrgicos.
Caló tiene el apoyo del metalúrgico Francisco "Barba" Gutiérrez, intendente de Quilmes y aliado K. Es uno de los pocos caciques que lo apoya para suceder a Moyano.
Sumando aliados anti K
Hugo Moyano suma aliados anti K para la elección de autoridades cegetistas, que deberá celebrarse en junio. Por primera vez en años, hace pocas semanas se reunió con Roberto Fernández, líder de la UTA, un gremio que rompió relaciones con el camionero cuando Juan Manuel Palacio dejó la conducción y asumió su adjunto y actual secretario general.
A Fernández y Moyano sólo "los une el espanto", contaron cerca de ambos dirigentes. El "espanto" es el encono con el Gobierno, pero parece ser suficiente para garantizarle al camionero los votos de los congresales de la UTA.
El gremio de los colectiveros tiene alrededor de 27 congresales. Para Moyano significan 27 votos en la dura pelea por los números.
Fernández es miembro de la CGT Azul y blanca, de Luis Barrionuevo.
La gran incógnita hasta el momento es qué orden dará el gastronómico a sus aliados a la hora de votar al próximo jefe de la central obrera, y si primará su enfrentamiento a Moyano o su odio a la Presidenta.
